domingo, 29 de marzo de 2015

Recuerdo

Dulces cantos oscuros y luminosos,
destellos verdes de ojos vidriosos,
llamada celestial procedente del subsuelo.
Caricias dolorosas,
aullidos susurrados,
aleteos y pisadas.
Temblor de violonchelos,
estremecimiento de arpas,
escalofrío de los cuerpos.

A lo largo de la historia
se ha dicho que arriba blanco
y que abajo negro.
Que el destino es mejor en el cielo,
y que el dolor está en el infierno.
Yo digo que no pueden estar
tan lejos el uno del otro.
Que su entrada es una lotería.
Un portal situado en el cincuenta
por ciento de los mundos.
Oculto entre la maleza,
bajo un túmulo escondido,
sólo los mejores aduladores
son capaces de descubrirlo.
Ese portal, al abrirse suavemente
da lugar a un pasillo oscuro,
al final del cual hay dos puertas.
Y allí el azar decide
lo que toca en la eternidad,
en la vida y en la muerte.

Luego danzan como encantados,
entre gasas y fantasmas grises y blancos,
bailan con frenesí, como hechizados;
como en un ritual de sudor y saliva.
Giran y se retuercen y se estiran,
se contorsionan como amando.
Con esa aspereza suavísima.

lunes, 23 de marzo de 2015

Letral Decreto del 23 de Marzo de 2015

Según letral decreto, hoy a día 23 del mes de marzo del año 2015, la Real Academia Española de la lengua dictamina que a partir del día de hoy hasta nuevo aviso, las palabras deberán en todo momento escribirse desde dentro, esto es, partirlas por la mitad, y exponer sus vísceras al aire, a la vista, al viento y a la luna como letras inconexas de color rojo y plata.
Se trata no de destripar la forma de las palabras, pues eso ya lo habrán estudiado en los bloques de morfología de los cursos de educación obligatoria, sino de revolver los intestinos del significado, del interior más oscuro y visceral de las palabras. Podrán en algunas ocasiones añadirse coherencias para ampliar de alguna manera el émesis letroso que la Real Academia se dispone a llevar a cabo. Pretendemos que sientan ustedes las letras, los palabros, que se aletreen como mariposas aleteantes, que olviden la lógica, la ciencia, la cohesión, la coherencia; que violen las reglas y normas y leyes no escritas relativas a lo escrito. Que hagan palabras que babeen, que procreen, que den vida, que maten, que hieran, que sanen, que florezcan y marchiten por sí mismas. Escriban en el papel, en las paredes, en el móvil, en la piel, en la sangre, en el tuétano de los huesos. Haced filigranas de palabras sin sentido en cada pequeña neurona. Vomitad palabras sin coherencia, revolcaos por el caos turbulento de la mente sin leyes, sin más cadenas que la mente, que la vida. Escriban. Sean humanos. Disfruten del caos y de la turbulencia sin más dolor que el de la mente, sin más violencia que la neuronal. Desfóguense ustedes con el mundo. Ensáñense. Muéstrenle los dientes. Matad. Morid. En la mano, en la tinta, en la mente.

Se trata de una obligación de la lengua castellana como tal, y aquel que se niegue a destripar palabras será inmediatamente sancionado con veinticinco milésimas de punto menos en su existencia por cada palabra no despellejada, lo cual resta posibilidades de aprobar con nota la Prueba de Acceso al Paraíso. Les recordamos que cada vez se requiere una nota más elevada para ascender a los cielos de las diferentes religiones, por lo que más les vale a ustedes ponerse las pilas. Duracell. De modo que aténganse a las consecuencias si no desean caer en el ciclo de la transmigración de las almas pitagórico, o peor incluso, en el ciclo eterno de la lavadora infernal. Buenas tardes a todos, y buena suerte en su destripamiento letral.

Atentamente sellado con sacra saliva de letrados,
los miembros de la R.A.E.,
Don Quijote, Melibea, Lazarillo, Sherezade, Zaratustra, Frodo y Platero. ¡Ah! Y yo.

Ceniza absoluta

Las alas de cisne son insípidas porque son blancas,
y la brisa gira como un péndulo sobre nuestras cabezas
sobre nuestras miradas
sobre nuestra existencia.
El polvo desaparece, se esfuma.
Y las alas del cisne siempre tienen cadenas
en su canto final,
en su danza triste,
su llanto musical,
en su conversión nocturna y deforme.

Giramos bajo la brisa y nos creemos dueños de ella.
Con las aspas del molino creemos prostituirla.
Pero ella regresa feroz y nos destroza.
La brisa es como una mujer vengativa.
La existencia es como una mujer rencorosa.
Soy mujer y sé lo que digo.
No hay infierno más ardiente y cenizo que
el de la mirada triste y lo insomne y lo noctámbulo,
y las ojeras moradas y la pena y la realidad.

Danzan como sonámbulos con la brisa
y son felices y se balancean como marionetas.
Si les cortas los hilos, caen
y mueren
de forma absoluta.

La muerte puede, asimismo, tener dos significados etéreos:
En uno, mueres y te caes a la nada y al vacío.
En otro, mueres y te precipitas al abismo y a lo oscuro.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Más blanco

Las cadenas en las muñecas
y una voz dictatorial guía el bolígrafo,
matando la esencia de la pluma sobre el papel.
Matando todo sentimentalismo
asociado a la escritura...
Oraciones, palabras, letras, sonidos fríos;
se trasladan de la mente a la mano gravitando
sin dejar más que vacío
en la mente y el papel.
Tiempo, tinta, gestos perdidos;
dan lugar a folios en blanco y
a un gran sinsentido.
Blanco como el mundo
como las ciénagas que
rodean a los manzanos.
Y las manos entintadas
de blanco, nada y tonterías.

Yo quiero tinta negra y verdiazul,
tinta color sangre,
que atraviese las capas finas de la piel
y en las venas se interne y me envenene.
Tinta que se expanda en mi cuerpo y
me haga morir, que alivie este
dolor neuronal, vital, irresoluble.
Ya he ido al médico y
el diagnóstico fue una hoja en blanco.

Sal en la arena

Arena y grava mojadas
por el suspiro del Céfiro.
Roca esmirriada
del corazón de un transepto.

Mármol níveo
que ha perdido el color;
poderoso estío,
tormenta de ardor.

Misterio elíptico,
dolor suave,
oscuridad mental,
luz negra,
existencia no vital...

Mirada lejana,
risa fácil,
humor negro,
corazón rojo oscuro;
cáscara blanca y fría.

Imperfección estirada,
cambiante, ligera,
pesada, constante.
Fría, cálida,
alegre y gris,
buena y cruel,
mortal y viva.

Marioneta sin lazos, con cadenas.
Pelele rebelde, impotente.
Soy sal incrustada en la arena.

Alacris: Persecución

Entre las cortinas de hiedra zigzaguea una luz azul
que podría confundirse con una luciérnada vestida de gala.
Mariposea alejándose del bosque entre tinieblas,
llegando a unos pantanos fétidos
rodeados de tundra y árboles tristes.
Alacris corre tras el fuego
que tiembla como asustado;
sueña que vuela danzando,
mientras el fuego se hace la casta doncella.
Llora de impotencia,
agarra el aire y la tierra,
y el fuego huye de ella.
Alacris, obcecada mártir enamorada,
persigue sus síes y sus noes
como una niña tras una piñata,
como el humo tras el viento
y tras el viento, la nevada.
Sus ojos azabache brillan por el deseo
y las mejillas sonrojadas,
la respiración agitada.
Danzando frenéticamente tras el fuego
se interna en el fango,
y salpicando cieno lo atrapa.
Se quema los dedos, pero no importa;
ofusca su mente, pero no importa.
Ahora puede vomitar su mente
en medio de un mar de barro y ranas.

viernes, 13 de marzo de 2015

Los Sonámbulos 2

Bajo las cúpulas verdes de las montañas el mundo es fresco y puro. La vegetación cubre cada esquina inexplorada y trepa vorazmente hacia las afiladas peñas de roca montañesa, que no dejan atravesar su fortín de piedra. Bajo esas rocas, en el límite indefinido entre ambos bosques, se esconde una caverna donde viven un sonámbulo y una perdida. Su rutina sigilosa se basa en cazar estrellas fugaces y beber licor de pluma. De vez en cuando se miran a los ojos con preguntas, murmuran vanalidades que ni uno ni el otro entiende, y siguen perdidos en su mundo interno y apartado. Su catatonia va aumentando con las lunas y los soles, con el pasar de las estrellas que no cazan, con las palabras tragadas y las incomprensiones. Llega un punto de hastío que ni siquiera quieren cazar estrellas. Y las rocas a su alrededor se desprenden y poco a poco los peces vuelan hacia la luna, emigrando a tierras más cálidas. Y la luz de la luna caía junto a las hojas secas en ondas suaves al niño río. Y entonces ella desapareció con su ceniza aún incendiada. Él nunca más la vio, y ella perdió la cabeza, o más bien su cabeza la perdió a ella, en los bosques de ninguna parte, donde no sabía su nombre, ni quién era. Comenzaba su locura y su catatonia y sus andanzas sobre los árboles. Hasta que un día voló desde un sauce llorón y, con su sangre cayendo gota a gota, vio la luz y recordó.

Made in Olimpo

Los tambores perturban la calma glacial.
Suena un atronador sonido cuando un trozo de luna es
arrancado del cielo, para ser fundido en la fragua de Vulcano
a martillo y soplo vivo.
El Herrero lo derrite, lo retuerce, lo moldea;
el fragmento de luna irradia luz de plata y noche negra.
El metal golpeado canta como un arcángel en el Juicio Final,
como un demonio glorificado en la eternidad,
como un bárbaro en un baile de la Corte medieval.
Le da forma de caballo salvaje alunado,
y con un beso del viento le insufla vida.
El unicornio apunta con su lanza al horizonte,
leve o invisible como la luz de luna,
tenue o rabioso como el viento.
En su pezuña ligera se ve una marca
que dice "Made in Olimpo".

Oda al maquillaje barato

No hay nada más horrible en esta vida que una máscara de pestañas barata y mal puesta.
Notas como, durante la perseverante aplicación, tus pestañas se llenan de negros grumos pastosos;
y debido al empecinamiento en la obra de arte de tus pestañas, optas por apretar más el cepillo y empujar hacia arriba ya que las jodidas no se curvan como Dior y MACria mandan.
En trágica consecuencia aparece el Apocalipsis del año 1000 en tu párpado superior; intentas
inocentemente limpiarlo con baba -pues es el mejor limpiador, por encima incluso del agua micelar
 de Lancôme-. Tamaña sorpresa al observar que el resultado es incluso peor.
Para más ende, tus pestañas, aún por secar debido a la escueta calidad de tu adorada máscara,
se hallan adormiladas y atrincheradas a los laterales, deformes y rígidas como cerdas tras pasar el dedazo por el párpado superior.
La solución es, en esta ocasión, invocar al dios del Trueno y limpiar la catástrofe ocular
que ha mantenido al mundo en vilo desde tu lugar en el cuarto de baño cutre
con la marca de humedad en el techo
con las juntas de la ducha renegrías.
La única explicación posible a esta desdicha
es que esa máscara de pestañas era regalada por promoción.

Lo más fantástico de todo es que a las tres horas de haberte muerto en clase
te da por palparte la cara, a ver cómo va el Desastre nacional de tu nariz.
La exasperación es palpable al notar otra vez ese fresón lleno de sebo;
porque ni toda la hidratante matificante, ni toda la base mate 24h, ni todos los polvos de fijación,
sostienen con valentía, arrojo ni valor los puñeteros brillos narigudos, maldición.

Oh, maquillaje barato, qué bien te vendes a las niñas tontas
que prefieren cuarenta potingues inservibles a uno caro pero útil.

jueves, 12 de marzo de 2015

La Búsqueda de Alacris

La luna yace en el cielo,
luminosa y fría como plata bruñida.
Las ramas la ocultan formando un gran velo,
que oculta su desnudez dormida.

Alacris flota, más que danza,
en un arranque de sonámbula perdida;
roza con los dedos la muerte,
roza con los dedos la vida.

Descuidada feérica, se mueve
como un junco mecido en la brisa
bajo sus pies la hierba la acaricia,
y en su garganta vaga la risa.

Sus ojos de granito buscan
algún tesoro perdido.
Sus labios liláceos susurran
un conjuro, un hechizo.

Palabras que evoquen su suerte,
y las armas que ha perdido.
No cesa su movimiento
ondulante como el agua,
tenaz como un martillo.
Como el fuego, como el miedo.

Alacris tienta a la suerte
y sigue al fuego fatuo,
que la ha vencido.

Fugaz susurro del Céfiro,
su cabello de plata ondula al viento.
El fuego fatuo se desliza entre los árboles,
Alacris se va, y se ha ido.

1 Marzo 2015 - Misterios de plata lunar

Misterios de la luna,
misterios de la plata.
Se derrama en surcos acuosos
y el alma se gangrena debido a
los misterios de plata lunar.

Subconsciente y sonidos metálicos se pasean de la mano,
el brazo es un violín que clama por hacerse sonar.
Pide una música delicada, nacida
del espontáneo deseo surrealista, de la soledad, de la impotencia.
Música leve y decadente entretejida por una lunática lunar.

Impotencia nuclear,
estallar y colapsar en átomos de pena y existencia.
No gritar.
Nadie va a escuchar.
Ahórrate ese esfuerzo para pensar en tí.

Ante la acumulación de plata
está científica y dermatológicamente testado
que el alma se gangrena poco a poco.
Los síntomas son que sueñas que dicen que sueñas que mientes.
Y que dicen que sueñas que mienten.
Y que no dicen nada.
Y que eres invisible.

Unas manos cadavéricas pasean por la plata.
Creo que nada es mejor.
Y Platón infravaloraba la creencia.
Tú qué crees, ¿que mi límite es el papel?
¿Que el rojo puede ser ceniza?
¿Que la plata cesará?
¿Sobreviviré?

La gana, dicen, es muy importante, pero
en mí sólo encuentro desgana.
Y me voy...
...Y me iré.