lunes, 1 de junio de 2015

Ámame

Ámame.
Sabes que si no, moriremos de aburrimiento;
seamos plumas al menos por un rato,
aunque luego el viento nos separe
y nos haga caer al suelo.
Aquí no hay blanco ni negro
ni tampoco hay amor.
Pero ámame.
Finjamos por un rato,
juguemos a tenernos
aunque cada uno es sólo suyo.
Porque yo soy más mía que nunca.
No quiero morir de aburrimiento,
sino vivir...
Ser plumas del mismo ala.
Te dejaré de ver algún día,
pero al menos habremos vivido.
Al menos tendré tu sabor en mi boca.
Siempre seremos libres;
como plumas caídas, como el polvo,
solos pero unidos.
Unidos por la circunstancia
la apatía, la aventura,
por ser nosotros mismos.

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