martes, 13 de octubre de 2015

Pies quietos y puños inclinados

En mi tierra se comían los cánidos al hierro
y las algarrobas pasadas por agua.
Les fluía la vida bajo los pies quietos,
y miraban al cielo para ver cómo está el tiempo,
sin preocuparse acerca de dioses, estrellas ni futuro.
Labraban la tierra con sus manos,
sangrando las uñas arrancadas.
Viajaban sus pies a tierras extrañas,
ennegreciendo los pulmones agarrotados.
Con tal de llevarse gusanos a la boca
y chatarra de cacique al bolsillo.

Hoy en mi tierra comen ajo y agua,
comida basura y/o precocinada.
Les fluye la vida bajo los pies quietos,
y miran al cielo para ver cómo está el tiempo,
sin preocuparse acerca de dioses, estrellas ni futuro.
Se prostituyen en paseos marítimos,
sudando esas manos que no han firmado nada.
Viajan sus pies a tierras extrañas,
para acabar comiéndose sus titulaciones universitarias.
Con tal de llevarse precocinados en oferta a la boca,
y chatarra de banqueros y guiris al bolso de imitación.

Los andaluces tienen un pie en el pasado y otro en el presente...
Y correrán hacia atrás si los cadáveres de labriegos pasados
alzaran sus puños descarnados, antes y ahora inclinados.

jueves, 8 de octubre de 2015

La Noche Otoñal

Da pasitos ligeros por las tinieblas de su abismo interno, abriéndose paso entre las gasas que nublan los bordes entre la realidad y el sueño. La luz de luna se ondula entre ellas a intervalos, en la oscuridad de la noche. Camina con suavidad, casi bailando entre los velos flotantes, murmurando melodías sin palabras, con los ojos cerrados al mundo, sólo ella y su gracilidad, sólo ella y su facilidad para volar. Sólo ella y todo encajando en su mundo, con el recuerdo de la luz melosa de los vestigios de la tarde, y las hojas de los árboles sonrojándose para caer rendidas. Y el fluir lento de un río montaña abajo horada en cada grumosidad de su cerebro, dejando a su paso un rumor de agua, sol y hojas caídas.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Conclusiones

Hacemos muy poco de lo que decimos.
Decimos muy poco de lo que pensamos.
Pensamos muy poco lo que decimos.
Pensamos muy poco sobre lo que sentimos.

martes, 1 de septiembre de 2015

Sensorium, Epica

Chance doesnt exist but the path of life is not
Totally so predestined and
Time and chronology show us how all should be
In the ways of existence to find out why we are here
Being conscious is a torment
The more we learn is the less we get
No one surveys the whole, focus on things so small
But lifes objective is to make it meaningful
Searching only for this that which doesnt exist
Although our ability to relativize remains unclear
Being conscious is a torment
The more we learn is the less we get
Every answer contains a new quest
A quest to non-existence, a journey with no end
Im not afraid to die
Im afraid to be alive without being aware of it
Im so afraid to, I couldnt stand to
Waste all my energy in things that do not matter anymore
Our future has already been written by us alone
But we dont grasp the meaning
Of our programmed course of life
We only fear what comes and smell death every day
Our future has already been wasted by us alone
And we just let it happen and do not worry at all
Our future has already been written by us alone
But we dont grasp the meaning
Of our programmed course of life
We only fear what comes and smell death every day
Search for the answers that lie beyond
Being conscious is a torment
The more we learn is the less we get
Every answer contains a new quest
A quest to non-existence, a journey with no end.

lunes, 10 de agosto de 2015

Callar

Por las noches grito al suelo
acerca de la obviedad de las listas de compra
y la eterna suciedad de las losas pútridas,
y las vajillas carcomidas,
y los baños gangrenados.

Por las noches susurro a la almohada
canciones de odio estereotipadas
mientras la acaricio y le doy besos,
oliendo el detergente de mamá.

Y ante ese olor me dan arcadas
y alivio y soledad y exceso de compañía.
Los platos sucios están limpios
y en su mirada

veo desprecio y cariño
y preocupación y recelo.
Veo sucedáneos de amor caducado.

Te averguenzas
del putón introspectivo,
independiente y tranquilo
que tienes por hija.

Me averguenzo
de la puritana sociable
familiar e histérica
que tengo por madre.

Por las noches le hablo a los papeles
y al cielo y al suelo y al mar resacoso.
De día callo
y se me pudren las palabras
en el alma, plato a plato,
grito a grito, desprecio a desprecio,
poco a poco.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Noches de Arabia

La música llega en ondas a sus oídos, y así lo refleja su cuerpo.
Ondea los brazos, ondula las caderas, y susurra melodías nocturnas, de arena y fuego.
Murmura quejidos en una lengua ilógica, sólo entendible por el oído y la piel,
las sensaciones producen escalofríos en ese cuerpo ardiendo, 
trémulo en medio de una tormenta de arena.
Se eriza la piel quemada por el desierto, cae salvaje el cabello aceitado,
se dilatan las pupilas tanto tiempo minúsculas ante el astro cegador.
Un velo arrastra por el suelo, abandonado;
como el aire lo hace girar en un torbellino hipnótico.
Gira poseída por la música del derbake y el laúd, gimiendo música,
quejidos dolorosos y bellos, armónicos.
Se para el mundo y en el cielo negro se ven las estrellas titilar;
la luna creciente asoma tímida su blanco rostro, semioculto por un velo negro.
Con el tiempo su velo se retirará hasta mostrar su rostro completo, sin prejuicios;
sigue hipnotizando aun clausurada;
la luna destella, hecha de plata.
En medio de la quietud de la noche y las velas,
vuelve a sonar el derbake,
y entonces ella se vuelve loca,
respondiendo con un latido del corazón a cada golpe rítmico;
y sus caderas son dos rocas que contestan a las batidas del mar,
mientras su vientre ondea líquido con la marea
y el viento marino es su cabello sacudido al flotar,
junto a esa gasa leve que acaricia la noche del desierto.
Se mueve quemándose viva, girando sobre sí misma,
entre estrellas y lunas y velas y gasas y vientre desnudo,
murmurando melodías sin palabras en las que sólo hay sentimiento.
Y a cada batida su pecho responde,
jadeando y golpeando el viento;
suavemente ondulándose como las olas,
derritiéndose ella entera, 
fundiéndose sobre la arena desértica,
quedando ante la luna sólo un rastro de noche, mujer, sudor y cenizas
de una mujer árabe, oculta y reprimida, pero aún viva y latente
al ritmo frenético de las batidas de sus caderas, 
la sangre fluyendo como fluye su vientre.
Con el rostro desnudo, el cabello negro al viento, 
los senos descubiertos, el vientre ondeando.
Los ojos negros, perfilados, dramáticos,
reflejan la noche y el fuego, la represión
de una mujer que representa un oasis 
en medio de un mar de arena estéril.

Indomable


domingo, 2 de agosto de 2015

"Yo prefiero a los locos..."

Yo prefiero a los locos,
los sensibles, los ingenuos,
los soñadores, los ilusos.

Yo me quedo con los rotos,
los heridos de amor,
los que sangran melodías,
los que lloran poesía,
los que pintan sonrisas,
los que todavía creen en utopías.

Me quedo con aquellos
que se atreven a seguir soñando,
propagando la esperanza
e invitando a enamorarse.

Yo me quedo con ellos,
los que no se doblegan
ante la frivolidad y la apatía,
con los que sienten y vibran,
con los que aman todavía.

-Emiliano Sánchez

sábado, 1 de agosto de 2015

Hija de la luna

Las cascadas verdes brotan hacia este valle de las neuronas caídas. El solsticio de verano me hizo perder dos kilogramos de materia gris, que ahora flotan en el espacio, grumosos. El tiempo pasa muy deprisa cuando estoy falta de neuronas. Se evapora junto al sudor sobre ese labio anhelante, del color de esos peces coralinos que se ocultan en las anémonas, entre burbujas y peces de invernadero. Se evapora junto al mar, que deja un reguero de sal en ese cuello níveo, surcado por ríos que rezuman vida.
Soy un pez luna que aletea en una pecera demasiado pequeña. Boqueo en un trace de asfixia y ansia; estoy dentro de un bote de almíbar. Soy un pez luna almibarado, sin pecado ni virtud, sin cicatrices; un pez luna que flota en la negrura, siguiendo con la mirada a su madre, en el cielo colgada, secándose del amor que la dejó embarazada. Pare en cada ciclo, ha estado creciendo; preñada, romperá pronto aguas en una lluvia de plata, y dará a luz a una hija de la luna, una sonámbula que haga a Manrique perseguir velos blancos por la ribera del Duero, entre juncos, sombras y plata. Lo que Manrique no sabía era que su rayo de luna sentía y pensaba. Tampoco sabía que ella estaba más loca que él. Porque la hija de la luna no quiso ilusionarlo; sólo quiso ser una lunática y jugar mientras durara el ciclo, antes de esfumarse en sus narices. Al fin y al cabo, ¿qué vas a esperar de un rayo de luna?

viernes, 24 de julio de 2015

Desarraigo

Un lunar descansa en la superficie pálida de mi cuerpo.
Uno a uno, recorren la piel,
contando años de vida que giran en una espiral,
en cuyo centro se haya un punto de luz,
centro de todo bien y todo mal,
de donde surgen las luces, sombras y penumbras
de este edificio construido sin planificar.
Ay, no me hicieron ni me hice.
Poco sentido tiene el crecimiento de este sauce llorón
lejos de todo pantano, lago o lodazal;
ha crecido de la nada en el centro de un campo de olivos y vides,
y palmeras que ebrias cuelgan al mar.
Soy un árbol sin raíces hondas,
sin tierra propia ni etnia tribal.
Estoy sola en este páramo lleno y desierto.
No sé dónde está mi lugar.

viernes, 17 de julio de 2015

Tierra

Echo de menos la caída de las hojas como lágrimas que caen al agua gota a gota.
El rumor ronroneante del frío arroyo reberberando entre las rocas carcomidas y pulidas.
La hiedra que trepa, el musgo que abriga, los hongos que proliferan en los altos
pilares de savia, ahondando sus raíces hacia las entrañas fecundas de la tierra.
Se doblan, se arquean, y uno de ellos yace moribundo sobre el camino de lágrimas
que brotan de la tierra, que pare helada, volcánica e irascible.
Cómo lloras, gota a gota cayendo tu llanto sobre mi frente,
si hasta tus lágrimas están gangrenadas,
envenenadas por el tumor que en tu cuerpo habita,
hijos rebeldes que te apuñalan, que se expanden y te devoran,
en un complejo de Edipo y de Electra creciente y constante,
no pararán hasta herirte mortalmente
y matarse a ellos mismos en el proceso,
son tu cáncer.
Caen las hojas como lágrimas que el viento arranca de tus mejillas,
flotan sobre el agua, y junto a ellas
yo soy otra hoja causando ondas en el torrente de tus llantos.
Miro al cielo umbrío, tapizado por la bóveda roja, en llamas,
de tu cabellera llena de ira triste.
Y los peces rodean mis pies, y las algas se balancean,
y el viento susurra entre las hojas caídas,
y el mundo se para y se hace eterno,
pues a pesar de todo, la vida prosigue.

sábado, 11 de julio de 2015

Lirismo noctámbulo

Soy una estatua de piedra que mira hierática al vacío.
Soy una escultura de roca sin ojos,
que dirige sus cuencas vacías al horizonte
negro y remoto.
Alza una mano frágil al viento,
que pasa entre los dedos aullando
tristeza, dolor y misterio.
El viento me llama, pero soy un pedazo de roca inmóvil,
tallada con el cincel de mis autores.
El viento aúlla entre mis dedos,
alargados hacia el horizonte brumoso.

---

No me envidies, feliz inconsciente... El Barroco pervive en mi cabeza, hermoso en su complejidad, terrible en sus laberintos. Es un arma de doble filo, y a cada estocada que doy mi sangre se derrama, formando flores en el suelo desparramadas.

miércoles, 8 de julio de 2015

Prostitución

Es paradójico el rechazo ancestral a este oficio milenario. También es ridículo que el insulto más popular a las mujeres sea "puta", normalmente dicho por hombres, como muestra de desprecio, antitético ya que son ellos los que les pagan. Lo peor es que es un insulto adoptado por las mujeres afianzadas en los ideales machistas, que llaman "puta" a las mujeres liberadas de tales ideas.

Mi primer argumento para eliminar la palabra "puta" del arsenal de palabras denigrantes de la rica lengua española, es que las prostitutas son más inteligentes que los que las contratan. Ellos creen que pagan por poseerlas, pero ellas son más suyas que nunca. Se aprovechan del machismo imperante; hacen creer a los hombres que son sumisas, inferiores a ellos, que pueden tenerlas como a un juguete durante el poco rato que ellos puedan mantener el mástil alzado. Les pagan por hacerse pasar por muñecas hinchables, lo cual puede parecernos ofensivo, vergonzoso, humillante. Nuestro problema es que la sexualidad la consideramos aún algo embarazoso que debe ocultarse; creemos que el sexo debe ir ligado al sentimiento; que el propio cuerpo es sagrado, no debe venderse pues sería algo así como esclavizarnos. Pero a ellas les da igual. Su circunstancia, normalmente de necesidad económica, las lleva a pasarse la moral establecida por las tiras de los ligueros. Y por eso hay que aplaudirles; por tener los ovarios para rehusar de la Ley Social y hacer lo que sea para sobrevivir. Lo cual me lleva al siguiente argumento.

Casi todo el mundo trabaja para vivir. Normalmente en un trabajo por el que no tiene vocación, porque es "lo que le ha salido", porque, vista la situación económica de España, no se le puede hacer ascos a ningún empleo, ya que llevar dinero al hogar, pagar la hipoteca, tener qué comer, es lo primordial. El trabajo es necesario para continuar en el ciclo, seguir la rutina hacia una jubilación cada vez más pobre y lejana; para mantenernos alienados en la sociedad. El empleo es útil si queremos seguir "dentro"; inútil si estamos "fuera". La mayoría de la gente se prostituye; trabaja para ganar dinero. ¿No hacen lo mismo las renegadas prostitutas? La prostitución no es más que un trabajo como cualquier otro, sólo que mal visto pues se basa en la sexualidad. Las prostitutas sólo quieren dinero para seguir formando parte de la sociedad, al igual que el resto de trabajadores. ¿Qué diferencia hay? ¿Los empleados no se humillan ante sus jefes? ¿No se pliegan a las normas, no aguantan las vejaciones de su oficio para ganar dinero? Pues exactamente lo mismo hacen las prostitutas.

El matrimonio es otra prostitución. Hasta hace no mucho, y aún hoy en día, se dan los matrimonios concertados. El hombre salía a prostituirse en su trabajo; la mujer permanecía en casa dedicada al hogar y a parir. En las familias acaudaladas o de renombre, las mujeres se dejaban mantener, eran "vendidas" por sus familias a un marido que muchas veces ni siquiera conocía, al que entregaba el uso de sus genitales a cambio de manutención económica y social. No hay mucha diferencia entre eso y la prostitución, ¿no? En Memorias de una Geisha se nos declara un argumento clave; la protagonista afirma que se sorprendió al mezclarse con las clases altas occidentales, ya que esas mujeres se horrorizaban cuando descubrían que era algo así como una prostituta. A la protagonista le resultaba paradójico e hipócrita, pues ella hacía con sus clientes lo mismo que ellas hacían con sus maridos. Exactamente lo mismo; distraer a los hombres, servirles de floreros, abrirse de piernas cuando a ellos se les antojara, recibir regalos tontos en compensación; ser económicamente mantenidas, ni más ni menos.

Me parece muy hipócrita que todos aquí nos prostituyamos día a día para pagar recibos e hipotecas, para encontrarnos aceptados socialmente; y que repudiemos a mujeres que hacen exactamente lo mismo, empujadas por su necesidad económica, o incluso forzadas a ello por mafias. Tenemos esta mojigatería incrustada en el cerebro, esta hipocresía como parte de nosotros. Las prostitutas merecen respeto porque hacen lo mismo que todos: intentar sobrevivir en esta sociedad de buitres, hienas y cuervos.

Y por ello "puta" debería dejar de ser un insulto; porque se emplea en un contexto en el que no tiene sentido. Una mujer que se acuesta con quien quiere puede tener los mismos, o mejores, principios morales que alguien que no. Una mujer libre no es una "puta" porque no cobra ningún dinero; sólo ejerce su libertad. Hay mujeres libres muy buenas personas, y hay mojigatas que son unas hienas, y viceversa. Basta ya de tanto prejuicio, de tanta tontería. Decir "puta" debería tener la misma intención ofensiva que decir "carpintero", "bibliotecaria" o "empresario". Ya está bien de denigrar un oficio cualquiera, y ya está bien de apalear a las mujeres que ejercen los mismos derechos y libertades que los hombres. Putos somos todos, porque somos unos vendidos.

jueves, 2 de julio de 2015

Locura

Estoy en una nube gris. Siento un vacío intrauterino muy extraño, equiparable a mi constante éter mental, situado en el hemisferio izquierdo de mi cerebro, acrecentado desde que regurgitara dos kilogramos de neuronas con motivo de las fiestas paganas del Solsticio de verano.
Me siento vacía. ¿Qué hago con mi vida? Nada de lo que hago tiene sentido; despertarme, ¿para qué? Para hacer la cama, encender mi ventana al mundo, asomarme a ella y observar a través de los visillos cual maruja de ojopatio. Limpiar, ¿para qué? para que todo vuelva a ensuciarse, aunque todo está constantemente sucio. Salir a distraerme, ¿para qué? para volver a entrar y amargarme. Acostarme, ¿para qué? para destinar esa energía al eterno retorno nietzscheano que es mi vida.

Tengo el spleen inyectado en las venas. Gangrena mi corazón y me llena de ceniza las neuronas hasta el punto de que soy un ente inmóvil, atónito y consternado entre el bullicio. Un alma que se ha dado cuenta de su irresoluble estado, condenada a morir viviendo, vivir muriendo, en medio de una turba de fantasmas raquíticos que no quieren ir hacia ninguna luz para desintegrarse en moléculas que puedan dar vida a algo menos muerto que ellos.
Son muertos en vida con telarañas, hiladas siglo a siglo entre sus neuronas, cuya cuestionable cordura está sometida al estado de los débiles hilos que las sostienen, mohosas, herrumbrosas, anticuadas... Anticuadas como un reloj de bolsillo que cuelga, en su plateada tapa grabado un "Memento mori", cantando alegremente los pasos paulatinos que la Muerte va dando, sosteniendo unas oxidadas tijeras que se aproximan a cortar el hilo madre que sujeta sus moribundas vidas. En la tapa trasera, difícilmente visible para los ojos que lo buscan, se encuentra grabado un "Carpe diem"  que yace desaprovechado entre botellones, incultura y orgías báquicas.
La Parca siega los trigos balanceados por el viento, las Moiras cortan todos los hilos que encuentran; liberan aminoácidos. Quizá el ser que renazca de ellos esté más vivo, menos muerto. Yo sólo observo mientras mueren, mientras muero; y yo misma cerceno mis hilos, condenándome a verlo todo y abalanzándome con dolor y decisión al abismo más negro.

lunes, 22 de junio de 2015

Elegía amorosa

Este es un lamento de amor que aflora al corazón y a la mente, que lloran con desconsuelo y desesperación, mientras la razón busca a Solución entre la gente.

Nunca declaré mi amor a la tierra, ni a las gentes ni costumbres. Me proclamé, como una amante orgullosa, terrateniente sin tierra, española sin nacionalidad; una atea del pueblo, del patriotismo y la comunidad, satisfecha de ser individualista y solitaria, lejana como una estrella sobre el mar.
Amo a España, pero también la odio, en esta paradoja de esperanza y fatalismo. "Me duele España...", me duelen los exilios voluntarios, los ladrones millonarios, los sofismas y falacias, el eufemismo del colapso, el pasotismo del populacho. Me duele la alienación del español promedio, positivo ante la decadencia; "ya pasará", dicen, pero esto es el ciclo sin final, el "eterno retorno" de la mugre, causa y efecto de la mierda social. Me duelen las tonterías; la adoración a iconos como el fútbol (masculino), la matanza bovina como espectáculo sangriento y la televisión basura y rosa.
Me duele España, donde caminamos entre rosas que ocultan rosales. Al gritar, pocos españoles me escuchan, y ninguno se suma a mi voz. La mayoría están tan acostumbrados al rosal que consideran que no hay nada que esté mal. Pero esa degeneración está en sus cabezas, en nuestras cabezas. Lo peor de todo es que encontrar la solución es como pedir peras a un peral que se cree olmo. Todos se quejan, pero ninguno actúa. Todos están mullidos en su sofá mientras el vecino es deshauciado. Pero cuando las barbas del vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar.

España, amor mío, nunca podré olvidarte, pues eres el amor más sufrido que nunca tendré. Eres el aire que respiro, y el cúmulo de heces que me empantana el pensamiento. España, no puedo mandarte a la mierda porque ya estamos en ella. España, mi amor... hazme el favor... sigue al krausismo, abre los ojos, regenérate. Sólo entonces querré amarte otra vez.



domingo, 21 de junio de 2015

A la suciedad

Suciedad,
quién serás tú para decirme a quién amar,
si yo soy libre como el viento
libre como el mar.
Hoy me he quemado viva en otro fuego,
más dulce y más ardiente,
más suave, más susurrante.
Sentía que nos conocíamos,
porque éramos más iguales,
y nos fundíamos en lava rugiente.

Desde que abrí los ojos hace tiempo
luchaba contra mis cadenas, pero nunca más.
Soy libre para desear.
Soy libre para ser yo misma.
Soy libre para vivir.
Y para seguir rompiendo estas cadenas.
Hoy soy feliz pues estoy más cerca de mi libertad...
Hoy he roto unas cadenas;
me quedan mil más.


jueves, 18 de junio de 2015

Hilos mentales

El suicidio es la respuesta con más sentido ante el sinsentido del mundo. Si no, díselo a Larra. Pero no es lo correcto; hay que vivir. Si no, ¿para qué tanto esfuerzo en nacer?
Hay que vivir para darle por culo al mundo. Hay que vivir porque la vida tiene tanto penas como glorias; hay que soportar el dolor para disfrutar la alegría. En eso hay que hacerle caso a Nietzsche; enfermo crónico, muerto de dolor, y con su martillo filosófico en mano gritando: "¡Amor fati! ¡Que sea! ¡Que estoy vivo! ¡Amo la vida a pesar del sufrimiento, y cobarde el que huya de ella!".
Todos los genios vivieron en el pasado, y al futuro le queda esta panda de engorilados que somos la juventud.

domingo, 14 de junio de 2015

À une passante

La rue assourdissante autour de moi hurlait.
Longue, mince, en grand deuil, douleur majestueuse,
une femme passa, d'une main fastueuse
soulevant, balançant le feston et l'ourlet;

agile et noble, avec sa jambe de statue.
Moi, je buvais, crispé comme un extravagant,
dans son oeil, ciel livide oú germe l'ouragan,
la douceur qui fascine et le plaisir qui tue.

Un éclair... puis la nuit! -Fugitive beauté
dont le regard m'a fait soudainement renaître,
ne te verrai-je plus que dans l'éternité?

Ailleurs, bien loin d'ici! Trop tard! Jamais peut-être!
Car j'ignore où tu fuis, tu ne sais où je vais,
ô toi que j'eusse aimée, ô toi qui le savais!

-Charles Baudelaire
Les Fleurs du Mal


Ese frescor en la cara

¡Ah, ese frescor en la cara de no cumplir un deber!
Faltar es, positivamente, estar en el campo.
¡Qué refugio, que no se pueda tener confianza en uno!
Respiro mejor ahora que ha pasado la hora de las citas.
Falté a todas, con deliberación en el descuido,
esperando esa gana de ir que ya sabía yo que vendría.
Soy libre frente a la sociedad organizada y vestida.
Estoy desnudo, y me zambullo en el agua de mi imaginación.
Es tarde para estar en cualquiera de los dos puntos
donde debía estar a la misma hora,
deliberadamente a la misma hora...
Pues bien, aquí me quedaré soñando versos y sonriendo en cursiva.
¡Es tan graciosa esta parte lateral de la vida!
No consigo siquiera encender el cigarrillo siguiente... Si es un gesto,
que quede con los otros que me esperan en este desencuentro que es la vida.

Álvaro de Campos
(Fernando Pessoa)

(*Gracias, Paqui)

lunes, 8 de junio de 2015

Olvidarme de mi nombre

Quiero que la luna llore
y que el cielo arda en llamas.
Quiero dientes y labios, quiero cicatrices,
quiero ser ceniza y renacer
como un fénix de mis rescoldos.
Estar en llamas, erupcionar como un volcán,
regurgitar mis ansias, mi fuego, fundirme,
derretirme en llamas, ser lava.
Expirar con suspiros que quemen,
vaporizarme, ser agua en ebullición,
ser aire;
vapor de agua moribundo
en un mundo de dióxido de carbono
a causa de mi propio fuego.
Flotar en el aire ardiente,
dejar que se apaguen las cenizas rojas.
Quiero quemarme viva,
quiero olvidarme de mi nombre,
de que vivo, de que pienso, de que existo.
Quiero ser fuego y nada más.
Quiero fundirme como un metal.

***

Si es que hasta mi pelo es metafórico;
tiene destellos rojos,
y aunque trate de enfriarlos,
siempre arden los rescoldos.
Queman tus besos "diente a diente solo"
y en tus ojos hay un glaciar de lejano fondo.
El frío también quema, tus ojos arden.
Y cómo vas a dolerme, lo presiento.
"Seremos ceniza, mas tendremos sentido.
Polvo seremos mas polvo..." ...polvo ...bien follado xD

Conclusiones

Queridos compañeros de segundo de bachillerato, sois una panda de cabrones, y os voy a echar de menos. Ha sido un año movidito y agridulce. De todas formas me alegro de haberlo compartido con vosotros, capullos. Espero que todo os salga a pedir de boca, hagáis lo que hagáis; enhorabuena a todos los que pasan limpios, y mucho ánimo a los que tienen aún asuntos pendientes. Ha sido un placer teneros como compañeros de clase, aunque seáis casi todos unos chupipandis, hipócritas y carcomidos sociales de la vida.
A partir de ahora se nos abre un nuevo camino; queda la recta final, "the final countdown" hasta selectividad; y luego nos toca elegir entre las cartas que nos dé la circunstancia. Espero que escojáis con el corazón y no con la cabeza; como me dijo una vez Francisco Casado, "haz lo que te de la gana, que la gana es muy importante". El éxito y el dinero no compran la felicidad; además, si nada tiene salidas, qué leches; carpe diem, sed felices; vivid, cojones. Pero no lo llevéis a mi extremo, que me veo tocando el banjo con los hippies granaínos. En resumen, felices juegos del hambre, y que el "fatum" esté siempre de vuestra parte.

A los profes, qué deciros que no sepáis ya. Os compadezco por ser víctimas de los ángulos rectos inamovibles de la burocracia del sistema educativo. Os agradezco que intentéis, a pesar de estar encadenados, amenizarme la vida con vuestra libertad de cátedra y enseñarnos de la forma más humana posible, a pesar de que el 70% del alumnado esté engorilado. Gracias por culturizarme, por darme qué llevarme a la boca mental, por darme savia, por hacer vivir a esta cabeza que se habría desertizado a causa del estrés. Gracias por hacer de mi mente un bosque nórdico, nebuloso, vibrante, y sobre todo vivo. Todo lo que me habéis enseñado lo aplicaré a la vida; por que si no, ¿qué sentido tiene? Tendréis noticias de mi, y espero ser motivo de orgullo para vosotros en el futuro.

En conclusión, segundo de bachillerato no es bueno para la salud, pero es un año productivo, tragavomitivo, fructífero, emotivo. En fin, inolvidable, agridulce, como la vida, vamos.

En una respiración

Qué bella es Granada,
sutil reina mora,
de flores y nieves coronada,
tranquila y danzante
al pie de la Sierra,
reposa ella sola.

Quizá sean humanos

El polvo cae sobre nosotros; la ceniza del mundo mugriento y haraposo. Es una llovizna de humanidad en decadencia, que gira sobre sí misma en un círculo eterno. La historia se repite y volvemos a irnos a la mierda, aunque somos causa y efecto de la misma. Me pregunto cómo morirán las futuras generaciones, si avanzarán en lo importante aunque sea sólo un poco. Apenas importa el avance tecnológico si todavía quedan mentes como búnkers mohosos.
Quizá, dentro de muchos ciclos, el ser humano habrá dejado de ser tan gilipollas. Quizá los árboles canten. Quizá no exista la falocracia. Quizá no profanen la etimología del término "democracia". Quizá la sexualidad sea (de una vez) libre. Quizá vivan y dejen vivir. Quizá sean humanos.

lunes, 1 de junio de 2015

Ámame

Ámame.
Sabes que si no, moriremos de aburrimiento;
seamos plumas al menos por un rato,
aunque luego el viento nos separe
y nos haga caer al suelo.
Aquí no hay blanco ni negro
ni tampoco hay amor.
Pero ámame.
Finjamos por un rato,
juguemos a tenernos
aunque cada uno es sólo suyo.
Porque yo soy más mía que nunca.
No quiero morir de aburrimiento,
sino vivir...
Ser plumas del mismo ala.
Te dejaré de ver algún día,
pero al menos habremos vivido.
Al menos tendré tu sabor en mi boca.
Siempre seremos libres;
como plumas caídas, como el polvo,
solos pero unidos.
Unidos por la circunstancia
la apatía, la aventura,
por ser nosotros mismos.

Inteligencia

Me ha dado la vena verdiazul de conocerme a mí misma, de saber si soy inteligente, en qué campo, etc. Me encontré por ahí la Teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner, y la he aplicado a mi cabeza.

Inteligencia lógica-matemática. En mí deja mucho que desear; se veía venir desde primaria, cuando mientras aprendía a restar me daban números negativos. Por tanto; soy nula en cuanto al cálculo matemático, me pierdo en el intento de buscar explicación al funcionamiento de las cosas, no me gustan las matemáticas, mi pensamiento es vital e irracionalista más que conceptual y abstracto, y, dados mis tropiezos existenciales, tengo un escaso sentido de causa y efecto. ¡Viva el irracionalismo y el caos! Pero qué bizca me quedo cuando veo los apuntes de los compañeros de Ciencias.

Inteligencia lingüística. Ya nos acercamos más a mi terreno. Al fin y al cabo, ser (o haber sido) un ratón de biblioteca tiene sus ventajas; facilidad para la lectura, la escritura y la palabra en general; buen vocabulario, buena ortografía. En todo caso fallo en la buena memoria. Desde hace dos semanas hacia atrás tengo lagunas de puro despiste. (¿Alzheimer incipiente?)
Además, las Letras son tan bonitas... Exprimir textos cual limón en colador, regodearme con el sabor que deja el pensamiento del escritor... Descubrir las finas hebras que conforman el tapiz, captar cada idea; citar, analizar, argumentar, aplicar y comparar con otras obras, pensamientos, ideas, corrientes culturales... Más bonitas no pueden ser las palabras, aunque insuficientes para expresar las convulsiones del alma (los conceptos, según Nietzsche, son inútiles para captar la realidad en su devenir).

 Inteligencia corporal cinestésica. Soy una tortuga. En tierra me desplomo a cada paso, y en agua nado como una sirena de ojos acuosos. Los deportes de equipo siempre se me han dado mal. Soy bipolar; tranquila e inquieta a ratos. Tengo cosas mejores que hacer que ponerme a imitar los gestos de nadie, así que eso se lo dejo a Tom Ripley. No desmonto cosas porque luego no sé cómo montarlas de nuevo. No puedo estarme quieta mucho rato (reflejo de la inquietud y del caos mental). Soy un libro abierto en mis emociones. En cuanto a juegos táctiles, siempre seré una manca con el mando de una Play. Soy un imán para los balones de fútbol, y no sé cómo darles sin caerme o pegar a alguien.

Inteligencia musical. Me paso el día cantando, tarareando y tamborileando. En un examen me puse inconscientemente a silbar la melodía de Piratas del Caribe. Siento amor por la música clásica y la música caótica y melodiosa. No tolero la gran mayoría de las aberraciones de la música actual. Sé tocar la guitarra; dejé de ir a clases porque me obligaban a ir, y me gusta hacer lo que me da la gana cuando me da la gana y porque me da la gana. Me gusta el sonido del viento y de la lluvia.

Inteligencia espacial. Puedo pasarme el día soñando despierta y crear mundos paralelos -mejor construidos que los edificios de la burbuja inmobiliaria- en mi cabeza. Rara vez cojo un mapa porque me gusta perderme, pero sé encontrarme con ellos. No se me da mal dibujar y me gusta lo visual, pero prefiero la lectura antes que las imágenes.

Inteligencia interpersonal. No soy especialmente sociable, me repelen las multitudes y no tengo dotes de liderazgo; soy la renegada de turno. Sin embargo, soy muy empática, tengo sentido común y me gusta ayudar a la gente, aunque no buscan mi compañía ni pertenezco a un grupo de amistades fiable o estable.

Inteligencia intrapersonal. Soy extremadamente independiente y voy a mi bola en todo lo que hago. Soy realista (creo, juzga por tí mismo) en cuanto a mis defectos y virtudes. Siempre, siempre, siempre, he trabajado mejor sola, y me siento más cómoda así. Tengo gustos e intereses excéntricos que son muy míos, y tengo una autodisciplina bastante aceptable. Me conozco a mí misma, o al menos lo intento; quiero alcanzar un autoconocimiento e introspección supremos aunque sé que es imposible debido al devenir. Aprendo de mis errores, pero los vuelvo a cometer porque soy masoquista y defiendo el "que sea lo que tenga que ser". Sufro de exceso de amor propio.

Inteligencia naturalista. Me gusta la naturaleza dentro de mi flow contemplativo, no en el ámbito científico de investigar esquejes y destripar gallinas para observar su páncreas. Me fascina, sin embargo, el análisis psicológico y neurológico. Soy consciente de que yo soy tan animal como esa gallina que el biólogo ha destripado. Conozco mi lugar en el mundo y la naturaleza; formo parte de ello, así de simple. Puedo vivir en la ignorancia, sin saber qué conforma las células, pero sabiendo que yo soy otra célula -cancerígena- más en este organismo llamado sociedad, en este mundo. Sé que soy insignificante. Y por eso me gustan los hippies.

sábado, 23 de mayo de 2015

Ácimo

Voy a volar como una mota de polvo en el viento
danzando en el abismo breve y eterno de la vida;
voy a revolotear como una pluma caída del cielo
ensortijada en el aire, cayendo al vacío.
Voy a ser el pedazo de verdad que el viento
 haga clavar en vuestros ojos.
Y cuando parpadeéis y lagrimeéis
caeré al suelo y al fango.
Y ahí retozaré, gozosa y perdida por un rato;
hasta que el viento vuelva a arrastrarme, llena de barro,
a marcar el mundo con la suciedad de mis pasos.

domingo, 10 de mayo de 2015

Instrucciones para muertos en vida IV

Puede que haya logrado aceptar sabiamente que voy a morir, pero, más difícil que morir, es ver cómo otros mueren. Quedarme en vida observando el crepúsculo de los alientos. Viendo cómo son barridos por el viento como motas de polvo. Y quedarme viva, muriendo por momentos y sin vivir de verdad, porque como dijo Ortega, "Yo soy yo y mi circunstancia", y yo estoy rodeada de muerte.
Me pregunto quién será el siguiente.
Ellos bucean en la nada o pasan a mejor vida, o no sé, porque una viva sólo puede aproximarse a la muerte con retórica. Pero somos los vivos los que permanecemos, recordándolos. Los fantasmas nos atormentan, más vivos que nunca, siendo ceniza en nuestras cabezas; montañas de polvo acumulándose entre nuestras neuronas. Cuando muera no quiero dolerle a nadie. No quiero que se construya de mí un fantasma. Los vivos siempre recordamos; pero los muertos ya vivieron. Vivamos nosotros, y no nos muramos entre cenizas y rescoldos ardiendo.
Pero estoy viva y recuerdo, recuerdo a tantos fantasmas que pudieron haber vivido más. Unos se fueron jóvenes y debieron vivir lo que yo desaprovecho. Otros se fueron viejos y no vivieron tanto como deberían, pretendiendo que otros vivieran en su lugar, pero esos otros tampoco vivieron.
Pero fueron felices y desgraciados en vida, aunque no pudieron vivir como deberían haber vivido. Porque la vida se mata a sí misma. Porque muchos muertos, mientras estaban vivos, nunca lo estuvieron.
Hoy se ha ido otro muerto en vida, y vivirá en nuestro cenizo recuerdo.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Instrucciones para muertos en vida III

La existencia a veces da asco. A Schopenhauer siempre le daba asco así que decidió que no tenía sentido, que era mejor vivir muriendo, morir viviendo. Pío Baroja bebió del alemán, declarando que la vida no tiene sentido ni lógica alguna; me recuerda al Sartre arrojado al mar de la vida; ellos tres conciben al ser humano como perdido en la existencia sin ningún guión para actuar, para sobrevivir. Están abocados al pesimismo, a renegar de la vida.
Sin embargo, Nietzsche contempló la existencia de una forma más sabia. Sí, la vida es ilógica, caótica, cambiante y cruel. Pero, a pesar de la angustia que provoca, es bella en su oscuridad; como las sirenas, los vampiros, como cualquier ser hipnótico y fatal. La vida, aunque duele, también da alegría. El dolor y el placer son preferibles a la nada. La existencia es una puta cruel y retorcida, pero es humana, ¿entiendes? Sólo por ser humana debemos jugar a su juego; sufrir y reír según nos toque, dejar que el azar determine; la existencia es como la ruleta de Dostoievski. Pero no puedes abandonarla; sólo puedes seguir en su enfermizo juego; arriesgar cada monedita, perderla o ganar el doble. Que suene enfermizo y adictivo, pero abandonar la vida -la ruleta, la sirena- es una tontería. Vive, espera a la Muerte y no vayas a buscarla... porque Ella nunca se pierde.
Puede que te sientas como una cucaracha gigante despreciada por el mundo. En ese caso, no sigas los pasos de Kafka; no te quedes bajo la cama escondido, no te averguences de tu extrañeza, no renuncies a tu alma aunque te la quieran arrancar de cuajo, como al último cuadro de la pared. Si tienes alas, vuela; o bien "haz tu camino al andar" con esas repugnantes patitas nerviosas e incontrolables. Sé tú mismo y huye a la vida; no te asfixies en un dormitorio infecto.
Si te dicen que estás loco por vestir de ojalata oxidada y cabalgar rumbo al horizonte más remoto, recuerda que "No puede ser sano encajar en un mundo enfermo". Si te apalean, cántales un romance épico mientras los sacudes a capa y espada. Defiéndete de la maldad del mundo, busca la felicidad y tu libertad como se te antoje; eres libre aunque te hayan convencido de tus cadenas. Vive siempre siendo un loco lúcido.
No caigas en los abismos negros ni te sitúes en los focos de luz. En la negrura lo verás todo triste, como los árboles desnudos; el viento helado te congelará el corazón y luego la mente. Bajo los focos estarías cegado y no verías nada más allá del resplandor; además, combustionarías por el calor, y tras el fuego sólo hay ceniza, recuérdalo. Es en la penumbra donde debes habitar; verás la luz y la oscuridad. Sobre todo, recuerda siempre que todo es relativo, que siempre se puede estar peor o mejor. Date cuenta de que "El ojo que ves no es ojo porque lo veas; es ojo porque te ve".
Odia y ama, sufre y disfruta, vive. Y cuando la vida te haga caer, ponte en pie, haz(te) el amor y sigue andando. No corras porque la Muerte siempre sigue tus pasos.

domingo, 3 de mayo de 2015

Nada

Hipnosis y abandono, aburrimiento y vacío, blanco y ceniza lúgubre, nada. Acariciemos el vacío y saquémosle los bultos, démosle forma de escultura de bulto redondo; primero de cariátide, luego de esfinge, luego de Venus, luego de Muerte. Dancemos como colibríes a cámara lenta, alrededor de las gasas y velos que, entretejidos, ocultan el río turbulento que es la existencia.
Ay… qué seco está el aire cuando no se mueve, cuando no canta. Las nubes poco a poco se levantan, pero el cielo no es azul, sino blanco. Y está en mi temblorosa mano pintarlo, deletrearlo a pinceladas ciegas. No hay palabras ni hechos suficientes, los grilletes y cadenas me aprisionan,y me pesan tanto…
Un litro, tres copas y tres chupitos aligeran esta carga, pero no puedo escupirla. Ya no puedo con mi alma. Akfgnkrjfkrrbeghbfnkfenrnrgefj.

lunes, 27 de abril de 2015

Paseo por el bosque

Caminaba con el viento a la espalda, empujada como un barco de vela, surcando hojas caídas. La brisa jugaba con sus cabellos de ébano, que le cubrían el rostro en ese atardecer rojizo y eterno. Los cristales de los edificios reflejaban la luz como espejos antitéticos. Las pisadas se confundían en el tumulto de hojas secas. Fuera del oasis de árboles semidesnudos, bullía la ciudad metálica y fantasmal.
Elia caminaba solitaria en el gentío, escurriéndose del torrente humano para huir a lo solitario del paseo en el río. En la ribera estaban los árboles desnudos; el olor a vida y a agua le inundaba los pulmones. Siguió caminando hasta que no hubo gente y la roca sustituyó al cemento, hasta que hubo pinos espesos que se agitaban estremecidos montaña arriba. El rumor del agua reverberaba entre las piedras del fondo de la hondonada, y una cúpula de ramas se sacudía sobre su cabeza. En la otra orilla se explayaba la pradera de cultivos, que atrapaban los últimos rayos del sol fugitivo. En la ribera y la cornisa imperaba la húmeda penumbra, mientras la hiedra trepaba, reptando por los fustes sombríos hacia la luz.
Elia, en su caminar, observaba el mundo con unos ojos que reflejaban el ámbar y la ceniza del lugar.
Llegó a una roca temeraria, y se sentó en ella, con los pies colgando hacia el vacío entre ella y el agua fluyente. Cerró los ojos y esperó, sintiendo cada caricia del viento, cada olor de vida, el tacto de la roca, los sonidos silenciosos. Cuando, rato después, abrió los ojos, ya no estaba sola. Sentada en su roca había otra respiración.

domingo, 26 de abril de 2015

Instrucciones para muertos en vida II

¿Y tú nunca te has dado cuenta de la cadencia del reloj? Amenazante, marca los pasos que la Muerte va dando cadenciosamente hacia ti. Tú sólo escuchas sus pasos con tacón de aguja; tic, tac, tic, tac, va a llegar, se acerca inexorable, pero; ¿está en el horizonte más lejano? ¿o está respirando en tu nuca? No lo sabes, sólo eres consciente del tic, tac, tic, tac.
Y el tic, tac sigue en su parsimonia mientras estás sentada en una silla cuadrada, en un escritorio cuadrado, con un boli cuadrado en la mano, escribiendo palabras cuadradas copiadas de los apuntes cuadrados de un libro de texto cuadrado; en un cuarto cuadrado de una casa cuadrada, en el barrio cuadrado de un pueblo cuadrado, en un país cuadrado, en un mundo cuadrado de órbita social cuadrada. Estás viviendo en un gran cuadrado blanco. Tu vida es un cuadrado blanco. Tu mente cada vez se encuadra más. Pareces un gato refugiándose en su caja cuadrada y blanca del mundo caótico y la realidad abisal.
Y el tic, tac sigue sonando. Y tú estás perdiendo cuadradamente el tiempo. Y el tic, tac sigue sonando. ¿Vas a seguir perdiendo tu tiempo?

viernes, 24 de abril de 2015

Instrucciones para muertos en vida I

Universo iluminado humano caído gato cósmico cacao mental cenutrio melón. Vómito mental a base de convulsiones. Misterio. Lejano. Luna. Ceniza. ¡Blanco! Ondas etéreas danzando en la noche, ondean de gasa, golpean de hierro. Ojos negros. Abismo hondo. ¿Eterno? No... algún día los comerán las cataratas. Hermosas como cortinas de hilos rojos entretejidos. Ocultan la mirada. Y ocultan el mundo a esa mirada. Y la dejan en una penetrante oscuridad silenciosa. Y los cabellos blancos, ¡blanco no!, ondean al aire, frágiles, ondean de gasa envejecida, estropeada. Y siguen golpeando de hierro, aunque oxidado. Y sigue viviendo, aunque más muerta. Porque la muerte es un proceso paulatino dado en el ser humano desde que aprende a ver las luces y sombras de la vida.
Cuando mi vida ondee de gasa, envejecida o no,
no me encerréis en una caja
ni ahoguéis mis gritos almáticos
con golpes de martillo.
No dejéis que muera en otra caja,
que ya vivo -muero- atrapada en una mayor.
No me dejéis en esa jaula
rodeada de vida sin poder participar en ella,
porque de eso ya tuve bastante en vida -muriendo-.
Dejad mi cuerpo en una ribera
o en una ciénaga
o en un volcán
o en un huracán
o en una playa olvidada.
Dejad que me funda en esta existencia ilógica y salvaje.
Cavad un foso, dejadme en posición fetal
con una semilla de sauce llorón en las manos,
y cubridme de tierra, orgánica, vital.
Y cuando pasen los años,
no vengáis a verme el día de Todos los Santos,
porque santa no soy.
Venid el día del Libro
a beber cerveza y buena literatura bajo la sombra del árbol llorón
que yo y otros aminoácidos alimentamos.

domingo, 19 de abril de 2015

Mariposas

Las mariposas salieron de sus crisálidas y han volado hacia la luz. Han esquivado en su odisea lluvias de azúcar moreno y han muerto en su ataúd.
Cuando eran gusanitos blancuzcos y asquerosos se arrastraban por su caja. Devoraban hojas verdes, llenaban su cajita de mierdecillas que parecían lunares en el cartón. Eran gusanos pequeños e inocentes que engordaban de forma enfermiza -otros no lo conseguían-. Su mundo era una caja de cartón, y sus dioses todopoderosos eran dos niños enrabietados que provocaban cataclismos al agitar la caja arriba y abajo. No sabemos si esos gusanos conocían su insignificancia en el mundo.
Tras su metamorfosis, las feas mariposas vivieron algunos días y murieron sin ser libres. Estaban ancladas a su caja de cartón. Estoy segura de que, si hubiésemos abierto la caja y la hubiéramos dejado al aire libre, no habrían querido salir de ella.

sábado, 18 de abril de 2015

Las hienas

Muy tonta tiene que ser la gacela para internarse en una jauría de hienas.
Las hienas se carcajean de la existencia, sin comprenderla;
sin comprender por qué, atacan por atacar;
atacan, y la gacela no sabe defenderse porque es tonta.
Porque es tonta y la van a matar.

Las hienas son muchas, y la gacela sólo se tiene a sí misma
y a su relativa e hipotética gracilidad mental.
Las hienas no saben ni dónde tienen la cola;
nunca se han mirado al espejo moral.
Son estúpidas como ellas solas;
van en grupo como cobardes;
se creen las reinas del Sáhara cerebral.
Son la hipocresía encarnada,
la burla enferma de una sociedad vomitiva.
Y, sin embargo, las muy hienas van a ganar.
Ojalá os atragantéis con mis huesos.

jueves, 16 de abril de 2015

La ceniza de Alejandría

El viento es un niño fantasma que juega a la vida. Murió en la Guerra Civil pero no lo sabe; ahora juega a un eterno pilla-pilla entre trincheras, cadáveres, banderas y tonterías. Arrastra hojas caídas y lágrimas en su carrera frenética. Conoce el hambre, el miedo y la no-risa.
En el cielo negro terciopelo, cada una de las estrellas es un recuerdo, un despiste de la Muerte. Los muertos han dejado su estela y parpadean en la lejanía, llamando a los vivos, dando fogonazos como el faro de Alejandría.
Y Alejandría llameó como la antorcha de su faro
cuando el imbécil de César
quemó los papiros centenarios.
Con razón le dieron
esos golpes de hierro en el Senado.
Y también, por ser un egocéntrico y
por escribir días de la marmota soporíferos
y enrevesados.
En Alejandría, Cleopatra permanecía hierática
como una estatua de acero y arena.
A Nietzsche le habría caído mal por ser tan estática
y por renegar de la vida.
Pero, ¿quién no habría muerto
de añoranza por los libros alejandrinos?
Incinerados como cadáveres dothrakis,
volando con la ceniza del mito y del olvido.
El niño viento hace a las cenizas de historia momificada
bailar como si estuvieran vivas.
Bailar como nunca lo habrían hecho
de haber seguido intactas, de haber perdurado
en este científico tiempo,
en esta ilógica vida.

Cleopatra en su estoicismo persistía.
Le embargó el miedo a los imperios
y a los gilipollas poderosos.
Cleopatra se hizo puta
sólo para salvar su honra,
su orgullo y su mala hostia.
Qué paradoja la vida,
qué paradoja la historia.

martes, 14 de abril de 2015

Explorando el iceberg

Pensaba que las nubes del horizonte marítimo eran los montes de África y los colores del atardecer, la aurora boreal. Salía huyendo de las olas. Me gustaba hacer pintadas de protesta social en las paredes de casa, mientras señalaba al cielo gritando <<¡¡Un mono!!>>. Veía Pocahontas, la princesa Cisne y Mulán, a las que idolatraba e imitaba. Le vacilaba al mar resacoso y mi madre me gritaba. Estaba obsesionada con las sirenas, náyades y cualquier ser marino hipnótico y fatal. Me gustaban los sauces llorones, los libros, las piscinas (aunque me daba miedo el delfín), el licor de mora sin alcohol y los cementerios. Decía "encuera" en lugar de "en cueros". Me dejaba coger en brazos para tocar los dátiles balanceantes del techo. Le tiraba de las orejas a mi abuelo. Después de la muerte de éste, soñaba con su resurrección. Hice la comunión por los regalos y en mi primera confesión dije que no había ordenado los óleos ni limpiado los pinceles antes de ir a catequesis. No entendía el significado del término "glamour". Era sonámbula y me desperté muchas veces en el patio y en el balcón. Confundía las mariquitas con cucarachas. Me despertaba y me despierto con la sensación de que el mundo se mueve demasiado deprisa y me marea y es rojo e inestable. Imitaba a los burros. Recuerdo el olor y textura de los viejos sillones de cuero a los que despellejé. Inserté plastilina verde en los disquetes del ordenador del Jurásico que había en el cuarto entonces vacío, con las cortinas blancas y la luz. Me enteré demasiado tarde de que guiñar un ojo era, al parecer, un signo de intención sexual (la gente en primaria está muy salida). Aburrida de mi flequillo, me lo corté aún más, hasta que cada pelo fue milimétrico. Me dio por coger las pinzas de depilar de mi madre y acabé sin cejas. Una vez hice a mi madre perseguirme por toda la casa por no sé qué razón para acabar orinando en una maceta. Me hice un esguince en el tobillo por ir leyendo mientras andaba por la calle (ese agujero en el suelo no debería estar ahí). La bibliotecaria me tenía cariño. Nadie me decía qué era el Kamasutra. Mi padre tenía pelo. Se me daban mal los números y mi profesora de los tres primeros cursos de primaria me tenía manía por eso, y también porque estaba en las nubes de Narnia.

jueves, 9 de abril de 2015

Fragmentos emesísticos del día

La mierda es obra humana. Me muero de asco y bailo -mal- en esta ridícula fiesta de disfraces. Llevo cuatro kilos de máscaras, una armadura de papel de fumar recubierta por diamante y encima otra capa de papel de fumar, envuelto todo con un lazo rosa y cursi. Bailo a mi manera y al que se me acerca le piso los pies, a veces queriendo y a veces sin querer. Hay un elemento de pies de acero y ojos verdiazules, y la vida no es justa.

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El mar se mueve hipnotizado, acariciando al mundo y a las sonatas lunares de Beethoven. Lentitud en sus dedos, tragedia en el aire. ¿Qué es el amor? El piano de Debussy.

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Baudelaire era un niño mimado, misógino, fantoche y visionario. Acariciaba los pechos de la Muerte con deleite y cinismo. "No serás para tanto", le dijo antes de tomarla. Fue entonces cuando contrajo la sífilis.
Y vio la vida con sus hilos, luces y tinieblas. Decidió bucear en los abismos parisinos, por divertimento y con los bolsillos llenos, restregándose el cieno por el alma para ridiculizar y avergonzar a la pantomima viviente que era su familia al completo. Se revolcó en barro hasta formar parte del lodazal, y acabó como "esos peces abisales que, a fuerza de bucear entre tinieblas, brillan con luz propia"*. O algo así.
A pesar de despreciar la maternidad, Baudelaire dio a luz montones de hijos de papel y tinta, en los que vomitó al mundo en su forma más oscura y lúcida, más horrible y bella. Como esa danza de muertos de Iron Maiden. Como la existencia. Logró escribir lo inefable, traducir el lenguaje del subconsciente y del sonámbulo, ver la tragedia humana. Pero era, en gran medida, gilipollas. Un gilipollas admirable.


*Te plagio.

miércoles, 8 de abril de 2015

Profanando poesía

Holograma pétreo de lluvia ácida y carmín escondido en el seno. Junto al carmín, un cuchillo. Junto al cuchillo, el corazón. Junto al corazón, el estío, el hastío y el dolor.
Camina como perdida, tambaleándose, desorientada. Suena el eco de las agujas, que martirizan como clavos el suelo al pisar. Y el suelo se queja. Y los sonidos retozan y retumban.
"La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa?" el coñazo de retocarse la boca de fresa, la semejanza con una estatua marmórea pintada; por dentro blanca, por fuera enmascarada de color.
Sobre las cariátides cayó la lluvia y el abandono, y su blanco interno salió al exterior.
Pero no es una princesa, ni doncella ni señorita. La puta se disfraza de rosa roja y tiene espinas, tiene alma, tiene ardor.
Pero la princesa está apagada
como una vela inflamada
que en humo pereció.
¡No la toques, que quema!
Bajo el vestido, en sus piernas, nacen flores moradas
y escondidos bajo las alas
tiene aceros y precaución.
La princesa de boca de fresa es una puta terrible y arrolladora que se defiende a sí misma,
que nació sola y vive sola y morirá sola.
La princesa de boca de fresa se cree la mejor y a la vez sabe que es una miseria
sabe que el mundo a la vez la admira y la desprecia.
Sabe que es rara pero no lo suficiente
y que el mundo cambia si es observado a través del culo de una botella de alcohol.

La princesa estaba cansada
de ser una niña casada
y de ser motivo de expectación.
La puta está reventada
de ser ahora despreciada
por hacer lo que le da la gana
y morir entre torrentes de catatonia y exasperación
por la hipocresía dominante
contante y sonante
que se respira
poco a
poco,
sí,
y te envenena y te retuerces y te asqueas y vomitas y sigues con la misma sensación de misantropía creciente y asco, asco, asco, contemptus mundi y que os den por culo a tós.

martes, 7 de abril de 2015

Poesía gráfica pura


Explique el significado que tiene en el techo la siguiente expresión...

Explique el significado que tiene en el techo la siguiente expresión: verdiazul

Verdiazul es el color de la esencia, de los pálpitos y los sueños. De ese color son mis venas, y por tanto verdiazul es ese débil hilo que ata mi vida a la tierra. En la gama cromática es el contrario del rojo anaranjado, de ahí que me tiñera de ese color cuando tenía fuego en el corazón; por hacer un patético contraste existencial. En gamas capilares, el contrario del rojo anaranjado es el ceniza; es paradójico que cuando un fuego se apague, sus restos sean del color contrario.
 Las venas verdiazules indican que estamos en el limbo, o sea, en ninguna parte; de ahí que la mayoría de las marcas de cosmética y bloggers dogmáticas discriminen a los "outsiders" de venas verdiazuladas y piel neutra. 
Así que tras esta cosmética introducción, llegamos a la conclusión de que el verdiazul es un color terciario, perdido en ninguna parte y olvidado, aunque presente en muchas de las tonalidades que nuestros ojos perciben en la naturaleza.

Probablemente nos acordemos del mar en sus diferentes tonalidades. Ondas de color azulverdoso, verdiazul, verdegrisáceo, grisazulado. "Verdiazul" es el mar, porque cambia y es fluido y se amolda al mundo en su estúpida forma. Y luego le da la vena (verdiazul) y se atormenta y ruge y golpea y mata. El mar es tan rabioso que tiene la boca llena de espuma, y el blanco de sus ojos se convierte en negro en sus ataques de ira fluida y fuerte. Y luego sale el sol y los niños se bañan en él y juegan; las chonis van a él a ponerse morenas. Y oírle susurrar relaja. El mar puede hacernos felices, pero no te fíes del mar. El mar es bueno, pero es cruel. El mar no es malo porque es su naturaleza ser así; no pretende hacernos daño, destrozar chiringuitos puestos a pie de playa, devorar ciudades plantadas sobre su territorio. El mar es como tiene que ser; hace lo que tiene que hacer. El mar es bipolar, es calmado e irascible, es un cúmulo de átomos más separados y endebles que los de un sólido, deja que lo pisotees con saña cuando andas por la arena; pero es capaz de destrozarlo todo. Pero el mar no es malo. El león no es malo por comerse a la gacela. Está en su naturaleza.

Verdiazul es también la melancolía escondida en los laterales del tabique nasal. Cae luego en lágrimas transparentes pero verdiazules en su esencia. Hay lágrimas rojas, lágrimas naranjas, lágrimas cenizas y lágrimas verdiazules. Cuando lloramos nos dejamos ver al mundo, somos transparentes, nos desnudamos. Hay quien lo hace con verguenza, quien lo hace con sumisión, quien lo hace con orgullo o quien lo hace con alivio. Llorar, al igual que la desnudez, es algo natural y humano, a pesar de que los convencionalismos se empeñen en avergonzarnos de ello y cubrirnos y encerrarnos, atraparnos. La desnudez del alma, el llanto, es lo más cercano al viento, a la libertad. Llorar es una terapia que funciona mejor que las palabras. Y el llanto es verdiazul también, la mayoría de mis veces. El llanto rojo o naranja es más soleado y no tiene nada que ver. Puede que no salgan de la misma glándula, incluso. Estoy convencida de que el llanto naranja tiene su origen en el vientre y la garganta, mientras el llanto rojo tiene su lugar en... tantos sitios, pero sobre todo la mente.

Según el techo, el color verdiazul tiene el significado que nos de la gana. Es adaptable, es mágico, es fluido y espiritual. Si las almas existieran y tuvieran color, la mía sería verdiazul, sería verde agua, como el mar, como el llanto y, en fin, como yo. 





sábado, 4 de abril de 2015

Anoche soñé que volaba

Me di cuenta de que en el techo de la clase hay tantos agujeros que no se pueden contar. Y que el techo se caería sobre nuestras cabezas, y el cielo detrás de él. Y Adán y Eva descubrirían nuestros cadáveres bajo el césped de su Paraíso cuando cavaran en él para hacer castillos de tierra.
No sé por qué comer manzanas es malo. A mí me gusta. El mundo es una manzana, con sus capas, su corteza, manto y núcleo. O yo que sé, soy de letras.
Me di cuenta de que en las paredes de la clase hay escritas tantas gilipolleces que dan ganas de llorar. Y chuletas disimuladas, rebozadas en salsa de pimienta en un intento de ocultarlas. Y desde dentro yo lo veo y llega un punto que paso del tema, que no me dan arcadas. Ni moral, ni humildad. Yo al menos suspendo con honor. Y me acuerdo del Cid y de Berceo y del arcipreste de Hita y de Jorge Manrique y de Garcilaso y de Fernando de Rojas y de Santa Teresa y de Lope de Vega y Quevedo y Góngora y Calderón y Jovellanos y Cadalso y Larra y Zorrilla y Bécquer y Rosalía de Castro y Pérez Galdós y Leopoldo Alas y Rubén Darío y Unamuno y Machado y Juan Ramón Jiménez y Salinas y Alberti y Cernuda y Neruda y Lorca y tantos... tantos... Que se han olvidado en esas otras cabezas. ¿Que mi humilde 7'1 de media se acuerde de ellos y un 10 no? ¿Un 9 no? ¿Qué clase de mierda de método de evaluación es éste?
Y mientras miraba ennortada las paredes chuleteadas y blasfemadas de la clase, pasó volando un o.v.n.i., que golpeó la pizarra con un sonoro piñazo. Y miré con desdén al prototipo de español futbolero causante del golpe y quise tirarme de los pelos. Pero me giré señorialmente hacia la ventana y arañé el cristal como un perrillo atrapado en un coche en el mes de agosto a las dos de la tarde en Granada. Y caí en la cuenta de que no tendré un duro para pagar aire acondicionado. Y que hará calor. Y que no es socialmente aceptado ir en pelotas por un piso compartido con gente extraña.
La tiza formaba nubes de vapor, y la clase acabó pareciendo el andén nueve y tres cuartos. O Silent Hill. O una noche que anuncia al Holandés Errante en una bahía perdida alumbrada en la distancia por un faro costero. Y suspiré y me aburrí. Y eché de menos el sol. Y eché de menos los libros. Y la vida. Y la tinta regando mi cuerpo, sacudiendo mi mente, yendo y viniendo por mis venas.
Me he dado cuenta de que estoy perdida y de que estoy sola y de que estoy desganada. Y la sensación de agobio es frustrante. Cierro los ojos porque dicen que el pasado es mejor, pero no. Provoca aún más frustración y dejadez extrema. Ojalá pase algo. Aunque sea algo malo. Pero que pase algo. Lo que me pasa es que no pasa nada, claro está.
Don Quijote me mira con una sonrisa libidinosa desde su estantería. Y desde el escritorio me observa con mirada acusadora la Lista de Deberes, Exámenes y Trabajos de la Semana de la Santa Muerte y Destrucción.
Este curso va a terminar y yo iré de cabeza al psiquiatra. Estoy hasta el coño.
Anoche soñé que volaba.
Y mientras volaba unas palomas sanguinarias me perseguían, esperando mi muerte como buitres ávidos y repugnantes. Millares de Espíritus Santos deseando verme caer para devorarme.
Pero anoche soñé que volaba.

miércoles, 1 de abril de 2015

Realidad

Capturaban estrellas de agua y luz, las capturaban con las manos, en el cielo, resplandeciendo en el aire. Se decían el uno al otro que las estrellas eran infinitas y que el mundo, en su órbita, era eterno y constante, independientemente de los cataclismos exteriores, de las estrellas muertas y los abismos negros. Vivían en una burbuja cósmica de luz y sombras; eran astros de órbita recíproca e inarmónica.
Un día se acabaron las lluvias de estrellas de agua y luz. Fue un proceso paulatino. Pero un día ya no hubo. Y entonces supe que la burbuja llevaba tiempo pinchada. Que el mundo había reventado nuestra pompa de jabón. Y que ya no éramos parte del todo que habíamos sido; que nuestras órbitas habían migrado; que sólo podíamos girar sobre nosotros mismos.

domingo, 29 de marzo de 2015

Recuerdo

Dulces cantos oscuros y luminosos,
destellos verdes de ojos vidriosos,
llamada celestial procedente del subsuelo.
Caricias dolorosas,
aullidos susurrados,
aleteos y pisadas.
Temblor de violonchelos,
estremecimiento de arpas,
escalofrío de los cuerpos.

A lo largo de la historia
se ha dicho que arriba blanco
y que abajo negro.
Que el destino es mejor en el cielo,
y que el dolor está en el infierno.
Yo digo que no pueden estar
tan lejos el uno del otro.
Que su entrada es una lotería.
Un portal situado en el cincuenta
por ciento de los mundos.
Oculto entre la maleza,
bajo un túmulo escondido,
sólo los mejores aduladores
son capaces de descubrirlo.
Ese portal, al abrirse suavemente
da lugar a un pasillo oscuro,
al final del cual hay dos puertas.
Y allí el azar decide
lo que toca en la eternidad,
en la vida y en la muerte.

Luego danzan como encantados,
entre gasas y fantasmas grises y blancos,
bailan con frenesí, como hechizados;
como en un ritual de sudor y saliva.
Giran y se retuercen y se estiran,
se contorsionan como amando.
Con esa aspereza suavísima.

lunes, 23 de marzo de 2015

Letral Decreto del 23 de Marzo de 2015

Según letral decreto, hoy a día 23 del mes de marzo del año 2015, la Real Academia Española de la lengua dictamina que a partir del día de hoy hasta nuevo aviso, las palabras deberán en todo momento escribirse desde dentro, esto es, partirlas por la mitad, y exponer sus vísceras al aire, a la vista, al viento y a la luna como letras inconexas de color rojo y plata.
Se trata no de destripar la forma de las palabras, pues eso ya lo habrán estudiado en los bloques de morfología de los cursos de educación obligatoria, sino de revolver los intestinos del significado, del interior más oscuro y visceral de las palabras. Podrán en algunas ocasiones añadirse coherencias para ampliar de alguna manera el émesis letroso que la Real Academia se dispone a llevar a cabo. Pretendemos que sientan ustedes las letras, los palabros, que se aletreen como mariposas aleteantes, que olviden la lógica, la ciencia, la cohesión, la coherencia; que violen las reglas y normas y leyes no escritas relativas a lo escrito. Que hagan palabras que babeen, que procreen, que den vida, que maten, que hieran, que sanen, que florezcan y marchiten por sí mismas. Escriban en el papel, en las paredes, en el móvil, en la piel, en la sangre, en el tuétano de los huesos. Haced filigranas de palabras sin sentido en cada pequeña neurona. Vomitad palabras sin coherencia, revolcaos por el caos turbulento de la mente sin leyes, sin más cadenas que la mente, que la vida. Escriban. Sean humanos. Disfruten del caos y de la turbulencia sin más dolor que el de la mente, sin más violencia que la neuronal. Desfóguense ustedes con el mundo. Ensáñense. Muéstrenle los dientes. Matad. Morid. En la mano, en la tinta, en la mente.

Se trata de una obligación de la lengua castellana como tal, y aquel que se niegue a destripar palabras será inmediatamente sancionado con veinticinco milésimas de punto menos en su existencia por cada palabra no despellejada, lo cual resta posibilidades de aprobar con nota la Prueba de Acceso al Paraíso. Les recordamos que cada vez se requiere una nota más elevada para ascender a los cielos de las diferentes religiones, por lo que más les vale a ustedes ponerse las pilas. Duracell. De modo que aténganse a las consecuencias si no desean caer en el ciclo de la transmigración de las almas pitagórico, o peor incluso, en el ciclo eterno de la lavadora infernal. Buenas tardes a todos, y buena suerte en su destripamiento letral.

Atentamente sellado con sacra saliva de letrados,
los miembros de la R.A.E.,
Don Quijote, Melibea, Lazarillo, Sherezade, Zaratustra, Frodo y Platero. ¡Ah! Y yo.

Ceniza absoluta

Las alas de cisne son insípidas porque son blancas,
y la brisa gira como un péndulo sobre nuestras cabezas
sobre nuestras miradas
sobre nuestra existencia.
El polvo desaparece, se esfuma.
Y las alas del cisne siempre tienen cadenas
en su canto final,
en su danza triste,
su llanto musical,
en su conversión nocturna y deforme.

Giramos bajo la brisa y nos creemos dueños de ella.
Con las aspas del molino creemos prostituirla.
Pero ella regresa feroz y nos destroza.
La brisa es como una mujer vengativa.
La existencia es como una mujer rencorosa.
Soy mujer y sé lo que digo.
No hay infierno más ardiente y cenizo que
el de la mirada triste y lo insomne y lo noctámbulo,
y las ojeras moradas y la pena y la realidad.

Danzan como sonámbulos con la brisa
y son felices y se balancean como marionetas.
Si les cortas los hilos, caen
y mueren
de forma absoluta.

La muerte puede, asimismo, tener dos significados etéreos:
En uno, mueres y te caes a la nada y al vacío.
En otro, mueres y te precipitas al abismo y a lo oscuro.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Más blanco

Las cadenas en las muñecas
y una voz dictatorial guía el bolígrafo,
matando la esencia de la pluma sobre el papel.
Matando todo sentimentalismo
asociado a la escritura...
Oraciones, palabras, letras, sonidos fríos;
se trasladan de la mente a la mano gravitando
sin dejar más que vacío
en la mente y el papel.
Tiempo, tinta, gestos perdidos;
dan lugar a folios en blanco y
a un gran sinsentido.
Blanco como el mundo
como las ciénagas que
rodean a los manzanos.
Y las manos entintadas
de blanco, nada y tonterías.

Yo quiero tinta negra y verdiazul,
tinta color sangre,
que atraviese las capas finas de la piel
y en las venas se interne y me envenene.
Tinta que se expanda en mi cuerpo y
me haga morir, que alivie este
dolor neuronal, vital, irresoluble.
Ya he ido al médico y
el diagnóstico fue una hoja en blanco.

Sal en la arena

Arena y grava mojadas
por el suspiro del Céfiro.
Roca esmirriada
del corazón de un transepto.

Mármol níveo
que ha perdido el color;
poderoso estío,
tormenta de ardor.

Misterio elíptico,
dolor suave,
oscuridad mental,
luz negra,
existencia no vital...

Mirada lejana,
risa fácil,
humor negro,
corazón rojo oscuro;
cáscara blanca y fría.

Imperfección estirada,
cambiante, ligera,
pesada, constante.
Fría, cálida,
alegre y gris,
buena y cruel,
mortal y viva.

Marioneta sin lazos, con cadenas.
Pelele rebelde, impotente.
Soy sal incrustada en la arena.

Alacris: Persecución

Entre las cortinas de hiedra zigzaguea una luz azul
que podría confundirse con una luciérnada vestida de gala.
Mariposea alejándose del bosque entre tinieblas,
llegando a unos pantanos fétidos
rodeados de tundra y árboles tristes.
Alacris corre tras el fuego
que tiembla como asustado;
sueña que vuela danzando,
mientras el fuego se hace la casta doncella.
Llora de impotencia,
agarra el aire y la tierra,
y el fuego huye de ella.
Alacris, obcecada mártir enamorada,
persigue sus síes y sus noes
como una niña tras una piñata,
como el humo tras el viento
y tras el viento, la nevada.
Sus ojos azabache brillan por el deseo
y las mejillas sonrojadas,
la respiración agitada.
Danzando frenéticamente tras el fuego
se interna en el fango,
y salpicando cieno lo atrapa.
Se quema los dedos, pero no importa;
ofusca su mente, pero no importa.
Ahora puede vomitar su mente
en medio de un mar de barro y ranas.

viernes, 13 de marzo de 2015

Los Sonámbulos 2

Bajo las cúpulas verdes de las montañas el mundo es fresco y puro. La vegetación cubre cada esquina inexplorada y trepa vorazmente hacia las afiladas peñas de roca montañesa, que no dejan atravesar su fortín de piedra. Bajo esas rocas, en el límite indefinido entre ambos bosques, se esconde una caverna donde viven un sonámbulo y una perdida. Su rutina sigilosa se basa en cazar estrellas fugaces y beber licor de pluma. De vez en cuando se miran a los ojos con preguntas, murmuran vanalidades que ni uno ni el otro entiende, y siguen perdidos en su mundo interno y apartado. Su catatonia va aumentando con las lunas y los soles, con el pasar de las estrellas que no cazan, con las palabras tragadas y las incomprensiones. Llega un punto de hastío que ni siquiera quieren cazar estrellas. Y las rocas a su alrededor se desprenden y poco a poco los peces vuelan hacia la luna, emigrando a tierras más cálidas. Y la luz de la luna caía junto a las hojas secas en ondas suaves al niño río. Y entonces ella desapareció con su ceniza aún incendiada. Él nunca más la vio, y ella perdió la cabeza, o más bien su cabeza la perdió a ella, en los bosques de ninguna parte, donde no sabía su nombre, ni quién era. Comenzaba su locura y su catatonia y sus andanzas sobre los árboles. Hasta que un día voló desde un sauce llorón y, con su sangre cayendo gota a gota, vio la luz y recordó.

Made in Olimpo

Los tambores perturban la calma glacial.
Suena un atronador sonido cuando un trozo de luna es
arrancado del cielo, para ser fundido en la fragua de Vulcano
a martillo y soplo vivo.
El Herrero lo derrite, lo retuerce, lo moldea;
el fragmento de luna irradia luz de plata y noche negra.
El metal golpeado canta como un arcángel en el Juicio Final,
como un demonio glorificado en la eternidad,
como un bárbaro en un baile de la Corte medieval.
Le da forma de caballo salvaje alunado,
y con un beso del viento le insufla vida.
El unicornio apunta con su lanza al horizonte,
leve o invisible como la luz de luna,
tenue o rabioso como el viento.
En su pezuña ligera se ve una marca
que dice "Made in Olimpo".

Oda al maquillaje barato

No hay nada más horrible en esta vida que una máscara de pestañas barata y mal puesta.
Notas como, durante la perseverante aplicación, tus pestañas se llenan de negros grumos pastosos;
y debido al empecinamiento en la obra de arte de tus pestañas, optas por apretar más el cepillo y empujar hacia arriba ya que las jodidas no se curvan como Dior y MACria mandan.
En trágica consecuencia aparece el Apocalipsis del año 1000 en tu párpado superior; intentas
inocentemente limpiarlo con baba -pues es el mejor limpiador, por encima incluso del agua micelar
 de Lancôme-. Tamaña sorpresa al observar que el resultado es incluso peor.
Para más ende, tus pestañas, aún por secar debido a la escueta calidad de tu adorada máscara,
se hallan adormiladas y atrincheradas a los laterales, deformes y rígidas como cerdas tras pasar el dedazo por el párpado superior.
La solución es, en esta ocasión, invocar al dios del Trueno y limpiar la catástrofe ocular
que ha mantenido al mundo en vilo desde tu lugar en el cuarto de baño cutre
con la marca de humedad en el techo
con las juntas de la ducha renegrías.
La única explicación posible a esta desdicha
es que esa máscara de pestañas era regalada por promoción.

Lo más fantástico de todo es que a las tres horas de haberte muerto en clase
te da por palparte la cara, a ver cómo va el Desastre nacional de tu nariz.
La exasperación es palpable al notar otra vez ese fresón lleno de sebo;
porque ni toda la hidratante matificante, ni toda la base mate 24h, ni todos los polvos de fijación,
sostienen con valentía, arrojo ni valor los puñeteros brillos narigudos, maldición.

Oh, maquillaje barato, qué bien te vendes a las niñas tontas
que prefieren cuarenta potingues inservibles a uno caro pero útil.

jueves, 12 de marzo de 2015

La Búsqueda de Alacris

La luna yace en el cielo,
luminosa y fría como plata bruñida.
Las ramas la ocultan formando un gran velo,
que oculta su desnudez dormida.

Alacris flota, más que danza,
en un arranque de sonámbula perdida;
roza con los dedos la muerte,
roza con los dedos la vida.

Descuidada feérica, se mueve
como un junco mecido en la brisa
bajo sus pies la hierba la acaricia,
y en su garganta vaga la risa.

Sus ojos de granito buscan
algún tesoro perdido.
Sus labios liláceos susurran
un conjuro, un hechizo.

Palabras que evoquen su suerte,
y las armas que ha perdido.
No cesa su movimiento
ondulante como el agua,
tenaz como un martillo.
Como el fuego, como el miedo.

Alacris tienta a la suerte
y sigue al fuego fatuo,
que la ha vencido.

Fugaz susurro del Céfiro,
su cabello de plata ondula al viento.
El fuego fatuo se desliza entre los árboles,
Alacris se va, y se ha ido.

1 Marzo 2015 - Misterios de plata lunar

Misterios de la luna,
misterios de la plata.
Se derrama en surcos acuosos
y el alma se gangrena debido a
los misterios de plata lunar.

Subconsciente y sonidos metálicos se pasean de la mano,
el brazo es un violín que clama por hacerse sonar.
Pide una música delicada, nacida
del espontáneo deseo surrealista, de la soledad, de la impotencia.
Música leve y decadente entretejida por una lunática lunar.

Impotencia nuclear,
estallar y colapsar en átomos de pena y existencia.
No gritar.
Nadie va a escuchar.
Ahórrate ese esfuerzo para pensar en tí.

Ante la acumulación de plata
está científica y dermatológicamente testado
que el alma se gangrena poco a poco.
Los síntomas son que sueñas que dicen que sueñas que mientes.
Y que dicen que sueñas que mienten.
Y que no dicen nada.
Y que eres invisible.

Unas manos cadavéricas pasean por la plata.
Creo que nada es mejor.
Y Platón infravaloraba la creencia.
Tú qué crees, ¿que mi límite es el papel?
¿Que el rojo puede ser ceniza?
¿Que la plata cesará?
¿Sobreviviré?

La gana, dicen, es muy importante, pero
en mí sólo encuentro desgana.
Y me voy...
...Y me iré.

sábado, 28 de febrero de 2015

Los Sonámbulos 1

Niebla lúcida alumbra la senda del bosque de la autodestrucción. Un dragón rodea las raíces del gran árbol, pretende beber su savia congelada. Ella no tiene más ganas de granizado. La senda se oscurece y los árboles gimen por el viento. Camina. La niebla se va, los helechos rojos la acarician. El sol y la luna se miran melancólicamente al pasar y las estrellas les espían entre las nubes. Ella pisa y cae; en la negrura subterránea mira al infinito. Cae sangre gota a gota. Trepa y duerme.
Batir de pestañas y oscuridad, no hay viento; quietud. Susurra algo. Dice algo. Grita algo. Hay un ruido de pasos en la oscuridad hacia ella. Pregunta. Silencio. Vuelve a preguntar. Silencio. Él coge su mano. Ella retrocede. Él la arrastra por los túneles. Oscuridad, penumbra, claridad, luz. Están en el bosque. Ojos verdes, piel tostada, pelo ébano. Ella pregunta otra vez. Él no entiende. Gesticula. Él habla el idioma de los sonámbulos. Señala al bosque. Van hacia allí, rumor de río que llora con lágrimas de niño. Ella no sabe dónde está. Tampoco sabe su nombre. Pelo gris, ojos grises, piel blanca pecosa.

Ceniza y bagatela

Pestañas jocosas parpadean levemente,
como un abanico, como un colibrí.
Iris ceniza, piel ceniza, pelo ceniza,
el polvo va al viento levemente.
Mente ceniza, inmaterial y pesada, permanece.
Metal amarillo efímero,
el azul prosigue.
Tristeza avioletada,
cansancio ocular no, mental,
no hay gafas que lo solucionen.
Quizá pastillas, mejor palabras.
Pestañas pesadas aletean levemente,
se desprende elixir plateado en un parpateo.
El metal ceniza también va
al viento levemente.
Pero en la mente la ceniza permanece.

---

La mente permanece, arráncamela.
Tírala a la basura o cómetela,
hiérvela, extrae su sustancia,
dime qué ves porque es mía y yo no lo sé.
Plata lunar neurológica ilógica,
vacío semiinfinito desnatado,
tofu apocalíptico vomitivo preliminar,
estallido violento psico-visceral.
¡Viva la bagatela!
La noto en mi sangre,
la muerte, la bohemia, el cinismo,
la sorna, el llanto, el espanto,
la risa, la ironía, el existencialismo,
qué cojones,
noto en mí el esperpento.

---

Bipolaridad total,
soledad absoluta,
el misterio de mis ojos
seguro que con un ahumado se acentúa.
¡Salmón! ¡Merluza!
Ceniza. Plomo.
Independencia y mi alma se desmenuza.
Río.
"Va al mar, que es el morir".

---

La ceniza es el despojo que deja tras de sí el fuego.
El fuego se consume y la ceniza permanece o se va al viento.
O es barrida. O desaparece. O se queda.
Yo me he consumido.
Silencio.


Blanco

Estoy y no estoy.
Aves volando en un cielo plomizo,
gris y pesado, asfixia.
¿Cúpula verde? Derruida.
Quedan los cimientos de esa
cúpula nervada, gris.
Frío aunque haga calor,
tristeza bajo el diente desnudo,
centenares de aves negras
recorren un cielo metálico.
Las flores están secas,
la hierba verde y húmeda
está cubierta de mierda.
Cuervos negros volando
sobre un cielo de plomo,
no hay dios que lo levante.
Tanta soledad, tanta negrura,
insatisfecha, vaga, aturdida,
inconformista, difunta,
necesito un auriga.
Y peste vomitiva,
fiebre catatónica,
vacío en el hemisferio izquierdo.
No me extirpéis nada,
que ya estoy vacía.
Se ve el azul del cielo pero
el azul es color de dolor.
Las nubes se vuelven blancas pero
el blanco es vacío y vejez.
Llevo así mucho tiempo,
el azul incrustado en lo extirpado,
el blanco en mis ojos.

jueves, 5 de febrero de 2015

Leyendo un diccionario

-¿Y sabes qué es triste?
-¿Mm?
-Que occidens es el participio de presente del verdo occido, el cual puede significar o bien "caer al suelo, sucumbir, morir, estar perdido" o bien "cortar, desmenuzar, herir, matar, causar la muerte, la perdición, importunar".
-¿Y?
-Que las palabras tienen raíz. Que si vivimos en Occidente no creo que ese nombre sea casualidad. De hecho, son muchas de las cualidades del pueblo occidental.
-¿Quieres decir entonces que somos el pueblo de los matadores?
-Y también de los "mataos"; está en participio.
-De los caídos, de los sucumbidos, de los perdidos, de los muertos, de los cortados, de los desmenuzados, los heridos, los asesinos, los causantes de la muerte o la perdición...
-Sí, así de guays somos los occidentales. En las guerras que nosotros mismos provocamos caímos, sucumbimos, morimos, nos perdimos. Centenares de veces nos hemos desmenuzado en Estados sin nación o con nación inventada. Somos un pueblo herido pero también asesino, que con tanto colonialismo y neocolonialismo, provoca la muerte y la perdición de sí mismo y de pueblos que no son tan destructivos.
-Increíble lo que aprendes leyendo un diccionario.


sábado, 31 de enero de 2015

Esterilidad II

¿Borbotones, salen a borbotones?
No, son solo burbujas que marchitan antes de florecer. Es todo muy divertido porque el mundo me viola y tengo todas las cartas para tener decenas de quintillizos, y sin embargo mi útero está reseco.
Mi mente vaga y gira y da vueltas, tantas vueltas que marea y confunde, pero ahí se queda. Estoy exhausta, atosigada por tanta mierda. Las ideas apenas burbujean y se van, y vienen otras y luego vuelven, pero este éxtasis mental no llega a mis manos. Necesito soltarlo. Necesito parir, vomitar de una puta vez. ¿El amor, qué es el amor? Un rayo de luna.

---

Fran, es más fácil mentir que decir la verdad, compréndelo. Cuando hablamos (de año en año) finjo ser un esperpento de "my little poney" porque es más facil que admitir que estoy rota en muchos sentidos. Soy una cebolla de muchas capas, y lloro porque mi propio jugo me escuece los ojos. Te conté solo mis problemas superficiales, académicos, intentado amenizarlos. Luego están mis problemas mentales, que son peores. Te cuento aunque no me leas:

Me evado en la gilipollez, en la alegría superficial, en gastar dinero como una subnormal, en perder las tardes enteras como un mono sapiens delante del ordenador. Me he obsesionado con el maquillaje y los potingues para distraer mi cabeza de la paranoia que tengo encima. De vez en cuando también me emborracho porque es otra estúpida forma de evadirme.

En los estudios me va mal. Apruebo 9 de 10, sin contar las pendientes; entonces serían 10 de 12. Con latín hago lo que puedo, con griego me he rendido, que sea lo que la profesora quiera. Es una gran pollada tener que aprobar griego sin haberlo dado nunca, la verdad. Se debe a esta piltrafa burocrática de sistema educativo.
Todos los profesores me dicen lo mismo: que administre el tiempo, porque en los exámenes nunca me da tiempo a hacerlo todo. Es verdad, pero no sé como solucionarlo. Literatura universal es mi asignatura favorita y no llego al 8 por aquello del tiempo. Me da mucha rabia entender mejor que muchos compañeros la filosofía, la literatura, el latín, la historia, todo, y luego sacar notas de mierda debido a asuntos que se escapan a mi voluntad: mi lentitud y mi escasa capacidad memorística. Mis notas no son justas respecto a mi entendimiento. Otros alumnos tragan y vomitan en los exámenes para olvidar. Yo absorbo, comprendo y cuento a mi manera; luego mantengo esos conocimientos para aplicarlos a ámbitos inconexos. No soy una impresora con escáner. Estoy muy desilusionada con los estudios. No soy capaz de sacar más de un 7 o un 8. En el primer examen de lectura de lengua (El Árbol de la Ciencia) saqué un 9'9. En el examen de Los Girasoles Ciegos he sacado un 4'7 por eso del tiempo. Como Carlos Alegría, me estoy rindiendo poco a poco, aunque en un contexto mucho más ridículo. Estoy muy segura de que cualquier psiquiatra interesado en mi caso se daría cuenta de que tengo una enfermedad mental nueva: el hiperbolismo, cuyo síntoma más notorio es hacer montañas a partir de granos de arena.
Por cierto, si ya estaba mal de la cabeza, El Árbol de la Ciencia ha emparanoyado mi vida y se ha convertido en uno de mis libros favoritos. Pío Baroja tiene un escalofriante parecido mental conmigo.

Estoy desilusionada de la vida, de la sociedad, de la muerte, del amor, de la inspiración.
¿Por qué? Bueno, está todo muy entrelazado. Estoy desilusionada de la vida porque depende de forma excesiva de la sociedad, que me desagrada. Estoy desilusionada de la sociedad porque es el reflejo de la política (entiéndase política como sinónimo de pantomima, ridiculez, egoísmo e hipocresía), porque la gente es dogmática en grado sumo, porque tienen miedo al cambio, porque prefieren el árbol de la vida al árbol de la ciencia, porque están robotizados por la tradición y por lo establecido y son felices así; no se dan cuenta o les da igual. Me da mucho coraje lo establecido, las normas sociales y los lazos afectivos obligados. Y como persona que soy, estoy ligada por esos lazos a la sociedad establecida, que determina mi vida. Me angustia mucho esta realidad.
También estoy desilusionada de la muerte, o más bien de la concepción de muerte que socialmente se ha establecido (lazos, lazos). Creo que ya has leído lo que pienso de este tema; no le tengo miedo a la muerte en sí, sino a lo que pueda ocurrir a los demás cuando muera, y no poder hacer nada. Pero imagino que para entonces me dará igual porque estaré en la negra inconsciencia eterna y por fin dejaré de pensar. Aunque mientras tanto me emparanoye por lo que pueda dejar atrás.
Todavía con el tema de la muerte, está el asunto de mi cuerpo. No quiero que me entierren porque para vivir en una caja, toda mi vida he vivido (y probablemente viviré) en la caja social. No sé si quiero que me incineren porque la ceniza no vuelve al ciclo. Me parece mejor que tiren mi cadáver al campo y que me devoren los bichos. Eso sí que sería fundirme con la naturaleza, como los del Romanticismo. También está la posibilidad de auto-donarme a la ciencia; que los estudiantes de medicina jueguen con mis riñones y esas cosas. Sería algo útil para la sociedad, aunque la deteste como buena misántropa (...cada vez más).
Estoy desilusionada del amor porque se agota, porque más que "querer" se convierte en "deber", y ataduras, y lazos, y esposas. Y cuando te quieres dar cuenta, lo que empezó con una mirada chispeante y un beso ha acabado con tener que ir a ver a sus padres cada x tiempo, porque terminar supondría romper muchos lazos afectivos, cambiar de rutina, cambiarlo todo. Y el ser humano, como ya he dicho, desconfía del cambio; yo incluida. Además, el amor es una convención social para tener sexo sin escandalizar al resto, y como ya he dicho, desconfío de la sociedad. Aunque sigue siendo, a primera instancia, un sentimiento inigualable; lo más hermoso que se ha podido inventar.

La inspiración es una de mis espinas más hondamente clavadas. Se ha ido, se ha esfumado. Estoy tan mentalmente saturada que no consigo escribir nada productivo excepto alguna cosa esporádica y de sabor amargo que no me libera. El verso ya no me satisface, es demasiada preocupación por la forma y cada vez me convenzo más de que el contenido es lo único importante. Por eso me he inventado un nuevo estilo literario y es este, que también escribe Juan José Millás en sus columnas: el estilo que nos da la gana. ¿Prosa poética? No sé, no creo porque al menos los míos no tienen ritmo ni nada, y tampoco pretenden crear belleza... Es prosa, insulto, blasfemo, hablo en metáfora, me lío a alegorías, de vez en cuando rimo, si me apetece hablo en verso. Así que eso; cuando escribo, si es que escribo y no se queda en un gesto del lápiz sobre el papel, hago lo que me da la gana.
Es un suplicio bullir de excitación cerebral y no escribir nada. Y es que no lo consigo, no puedo, hay unas piedras acumuladas en el torrente de mi cabeza, impidiendo el paso del agua. No sé qué me pasa, me angustia muchísimo. Me siento estéril. No tienes ni idea de cuántos abortos literarios estoy viviendo. Y todos quedan en una palabra vana, o simplemente en el pensamiento. Yo tenía hijos de papel y tinta, ¿sabes? Pero ahora tengo ideas en ebullición mental y no consigo escribir, hay veces que ni me apetece, siquiera. El mundo me viola, y me viola, y me viola; y nuestros hijos ni siquiera llegan a cigoto. Tengo el papel, tengo la tinta, pero no puedo unirlas. Mi inspiración uterina está muerta y tengo miedo. Yo quería vivir de eso, pero ahora no sé qué hacer con mi vida. ¿Ves? Estoy desilusionada de la vida.
No escribo y a veces tengo ganas de morirme. Mi novio dice que no es verdad que quiera morirme y le digo que tiene razón, que es una media verdad. Que estoy medio muerta, que vivo una media vida de medios valles, de medios ríos, de medias lunas, de medias tintas. Que él es mi medio amor. Y le duele. Y me duele.






Esterilidad I

-¿Estás bien?
-No, o sí, no sé. Estoy borracha y un mundo de bolsos se desmorona a mi alrededor.
-¿Con quién estás?
-Sola, como siempre. Odio el mundo. No digas lol. Lol es una zorra presuntuosa.
-¿Dónde estás, en casa? Espero que estés bien.
-Estoy en casa. Si no, no tendría wifi, idiota.
-Bueno... es verdad. Pero podrías haber usado el wifi de algún bar. Quédate ahí, ¿vale?
-Meh.
-¿Puedes venir mañana a mi casa?
-No.
-No quiero que estés sola estando así.
-Quiero estar sola.
-...Vale.
-He bebido seis jarras y puedo escribir. Dame un premio. Me emborraché fuera y volví a casa. Llovía, como en Werther.
-Me tienes preocupado.
-¿Por qué? No tengo pistola para suicidarme. Werther no se emborrachaba, él ya estaba colgado por genética. Me he comprado dos vaqueros, unas converse, una paleta y un champú.
-Si no vendiste las cosas, ¿cómo compraste eso?
-Mi madre me dio dinero. Yo quería comprar otras cosas con el dinero que ganara. Bueno, no... Quería soñar que lo gastaba y guardarlo. Soy idiota.
-No, no lo eres. Entonces los dos somos idiotas.
-Sí lo soy. Gasto lo que no tengo en tonterías. Debería gastar en tinta y papel lo que ganara pariendo hijos de papel y tinta. Pero soy estéril... Tengo papel y tinta pero no se unen.
-¿Qué quieres que haga? Quiero abrazarte y decirte que todo está y estará bien.
-Pero eso sería una mentira.
-Solo sería mentira si crees que lo es. Tú misma puedes mejorarlo.
-Pero soy estéril, se me ha olvidado parir.
-¿Qué quieres decir con "estéril"?
-Que no puedo escribir. He abortado mucho.
-Solo tienes un bloqueo de escritor, espera a la inspiración y volverá.
-Me ahogo. ¿Y si lo pierdo? He perdido a muchos ya. Ya ni siquiera llegan a cigotos. ¿Y si me olvido? ¿Y si se acaba? ¿Y si me conformo a ser normal?
-Ana, estás borracha, te estás yendo. No puedo hablarte cuando estás así.
-Estoy diciendo lo que siempre pienso pero nunca digo porque no quiero que nadie piense que estoy loca.
-No estás loca. Solo piensas cosas que no son verdad.
-Me dicen que qué tal estoy y miento. Cuento fruslerías. Mi verdad es que no escribo y quiero morirme.
-No, no quieres.
-Tienes razón. Es una media verdad. Y por tanto estoy medio muerta, y vivo una media vida de medios valles y medios ríos y media luna... Adiós, medio amor.
-...
-Lo siento. Gracias.