domingo, 7 de septiembre de 2014

Agnosticismo

Sería hermoso creer en dios. Tener la suficiente bondad como para confiar ciegamente en algo o alguien superior. Creer que te protegerá de la adversidad. Saber que existe una razón para que existas: "su voluntad". Conocer a qué remonta los orígenes de la humanidad y cuál es tu lugar en el mundo. Visto así, sería hermoso.
Y sin embargo...
La Iglesia se ha apoderado de la palabra de dios y la maneja a su antojo desde su fundación en épocas romanas; tiene el poder de manipular a los creyentes, de amenazarlos con supuestos castigos divinos y llevar a cabo obras inmorales como la inquisición con la excusa de actuar bajo la voluntad de dios. Tiene también la excusa de vivir entre comodidades y riquezas por ser la máxima representante de dios en la tierra, y obedece a los mandamientos que le convienen cuando le convienen. Muchos de ellos exigen que el mundo crea en dios cuando ellos mismos son los primeros que descreen y desobedecen sus mandatos. Hablo de la Iglesia en general como fundación. Por supuesto habrá eclesiásticos creyentes y otros no.
También está el hecho de que la Biblia sea un conjunto de libros más fantasiosos que Los Viajes de Gulliver. Puede que en cierto momento del año 0 según nuestro calendario, algo trascendente ocurriera. Divino o no, no lo sé. Pero hacer de un libro que afirma que la mujer salió de la costilla de un hombre el pilar sustancial de las creencias de medio mundo me parece sinceramente ridículo. Así como también es ridículo convertir el agua en vino o separar el agua del mar para que un grupo de esclavos salga huyendo de los egipcios. Opino que la Biblia no es más que una recopilación de historias populares antiquísimas. ¿Es que vamos a creernos todo lo que leemos?
En general, muchas de las obligaciones de todo buen cristiano me parecen bastante sin sentido: "debes casarte para chingar", "debes obedecer al santo cura aunque te mande a tirarte de un puente", "debes rechazar la homosexualidad", etc, etc, etc, polladas.
No es así con los mandamientos. Predican la bondad, la sinceridad, la empatía, y eso es bueno; me parecen algo que cualquier ser humano en sus cabales debería seguir; no por miedo a lo que le vendría tras morir, sino por conciencia, coño. Fuera religiones, ser una persona cívica no debería ser un mandato, sino algo obvio.

En resumen; no sé si estoy aquí por voluntad divina o porque un átomo se colocó en el sitio correcto a la temperatura correcta hace tropecientos millones de años; o quizá ambas cosas. La cosa es que la Iglesia es en general una patraña, así como la Biblia y muchas de las opiniones que inculcan a los creyentes.
Opino que creer en dios debería ser algo individual e íntimo; una creencia, no algo que determine toda la conducta y pensamiento. Creer en dios no debería hacer a nadie rechazar de plano el pensamiento racional y empírico, ni rechazar necesidades básicas como son las comidas (hablo de los ayunos y demás tonterías) o el sexo. Al fin y al cabo somos animales también. Creer en dios nos debería abrir las puertas de la mente a ver las cosas en positivo, a respetar las opiniones de los demás y a admitir la relatividad de las cosas.
Y, sin embargo... no entiendo por qué, si dios existe, permite que haya gente que diga burradas en su nombre; o que permita tanta destrucción y caos en el mundo. Y no me vengáis con el rollo del pecado original por culpa de Eva, por favor.

-Ana.

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